El secreto de Yeimy.
Fue en su país natal donde conoció a su amada, y viajó desde Argentina siguiendo a su corazón, a su gran amor. Sus esfuerzos dieron frutos: ahora Yeimy quedará libre para él. Ha llegado el momento que tanto esperó; ya no será más el amante que se oculta para no ser descubierto. Ha llegado la hora de demostrar su amor en público.
Esa noche, Luciano estaba sobre el cuerpo de su amada. Antes de llegar al clímax, Yeimy lo miró a los ojos. Las mejillas de la joven eran color rosa y su rostro reflejaba el placer que sentía. Justo cuando sus miradas se encontraron, ella le dijo:
—¡Te amo!
Fueron solo dos palabras, pero bastaron para que Luciano se agitara aún más. Al satisfacer su cuerpo, el abogado se dejó caer sobre el pecho de la joven y le susurró:
—También te amo.
Aún agitado, la besó por todo el rostro. Era tímido para muchas cosas, pero no con ella. Con esa mujer no existían tapujos ni vergüenza.
Al menos alguien en esta historia es feliz.
O eso creyó hasta ese momento. Aquella noche,