Noto como Jonathan evalúa el lugar con la mirada, siempre en alerta, pero este es un restaurante de los mejores de la ciudad, tiene una muy buena seguridad interna, ya que la mayoría de sus comensales son personas importantes, no acostumbro venir a restaurantes a menos que sea alguna reunión de trabajo o algo por el estilo, pero la verdad es que aquí tienen los mejores desayunos que he probado.
Nos asignan una mesa al lado de la ventana, tomo asiento sin esperar a que el mesero me abra la silla, miro a Jonathan que se ha posicionado de pie cerca de la mesa en su característica posición de firmes, me aclaro la garganta logrando que sus ojos se encuentren con los míos, hago un esfuerzo sobrehumano por ignorar el extraño escalofrío que eso me causa, señalo la silla que está al frente de mí.
— Siéntate Jonathan, vamos a desayunar.
La sorpresa en su rostro es difícil de ignorar, después mira el restaurante repleto de clientes, para después verme de nuevo.
— No creo que eso sea bien visto