Escuché a Tania sin poder creer lo que decía. La cabeza me daba vueltas, sentía un vacío bajo mis pies.
—¿Entiende lo que le digo, señora? —preguntó la mujer del otro lado de la línea.
Julián me miraba con el ceño fruncido, sin comprender.
—Sí. Ahí estaré —respondí y la llamada terminó.
Bajé el teléfono y me dejé caer en la silla.
—Camila, ¿qué ocurre?
—Era Tania. —Mi voz sonaba extrañamente calmada cuando por dentro estaba gritando—. El juez ha convocado una audiencia urgente para revisar el régimen de visitas.
—¿Por qué el juez ha tomado esa decisión? ¿Tania te lo explicó?
—Sí. —Mis labios temblaban ligeramente. Cerré los ojos y un par de lágrimas cayeron por mis mejillas—. Emilio alegó que tú y yo éramos amantes. Qué la exposición mediática sobre mí luego de formalizar nuestro compromiso al estar contigo le ha causado inestabilidad emocional a Isa.
Julián exhaló con fuerza y se echó hacia atrás el pelo oscuro.
—No te preocupes. Contraatacaremos.
Mis decisiones se volvían contra mí,