Camila
La pantalla de mi computadora mostraba el sitio web de la Fundación Horizontes. Una ONG dedicada a la educación, pero que de pronto aparecía financiando la remodelación del Mercado Municipal, lo cual nada tenía que ver con educación. La fundación era la pieza clave que faltaba examinar. Busqué en mi teléfono el número de Sofía Guzmán, el enlace con el profesor Zabala y los beneficiarios de las becas.
—Tuvo que ser difícil estar en las zonas de los bombardeos. —Virginia estaba en el cubículo de al lado hablando con Verónica.
—Sí, lo fue, sobre todo convivir con el miedo. Eso es algo para lo que nadie está preparado.
No quería escucharlas, pero dada la cercanía era inevitable. El estómago se me revolvió y no sabía si era por celos o envidia. Seguía comparándome con ella. Giré del todo mi asiento, les di la espalda y me concentré en la Fundación Horizontes.
Al segundo timbre contestaron la llamada.
—Sofía Guzmán, ¿en qué puedo servirle?
No podía creer que tuviera tanta suerte. Cua