Jessie: Es una chica pobre que trabaja para poder mantenerse, debido a su bajo nivel económico nunca pudo estudiar y es por eso que a sus 27 años su mejor opción es ser una sirvienta en uno de los hoteles más prestigiosos de la ciudad. Tiene un carácter fuerte y no le gustan las injusticias por lo que la mayoría de los huéspedes del hotel le caen mal y hace lo posible por ignorarlos, es protectora con sus seres queridos, un poco. Cedric: Es un niño multimillonario falta de afecto, hijo de los dueños de la segunda cadena de restaurantes más prestigiosa de la ciudad, es un rebelde sin causa que hace lo que quiere con tal de llamar la atención sin importarle a quien pueda afectar, sin miedo al qué dirán, acostumbrado a los escándalos, a ser el centro de atención, bien o mal no importa siempre que hablen. Pero cuando se trata de trabajo es un lince y no se le escapa nada. Es orgulloso, prepotente, mal educado y caprichoso y le gusta humillar a aquellos que lo retan. Shelley: Heredera de la cadena hotelera más famosa del continente y algunos otros países, es una chica fría, antipática y distante cuando no le interesa lo que dicen o piensan las personas que están a su alrededor, es calculadora, de pocas palabras por lo que solo dice lo que piensa sin importar si es agradable o no, para ello la criaron, para ser la dueña de esos hoteles, aún a pesar de su falta de expresividad publica es atenta y cariñosa con quien se lo gana, aun así es cortante e hiriente si es necesario. ¿Con quién quedara nuestro protagonista? ¿Con Jessie? ¿Con Shelley? ¿Con las dos? ¿Con ninguna? ¿Todas las anteriores?
Ler mais«Voy tarde... voy tarde... voy muy tarde... vamos piernitas, no me fallen ahora, por favor resistan un poco más, ya estamos cerca»
Suplicaba mientras pedaleaba lo más rápido que podía, había salido tarde de su otro trabajo porque su compañera se retrasó y no pudo salir hasta que ella llegara, su jefe no la dejaba irse por más que le suplicaba, pero el hombre estaba molesto porque había renunciado ¿Y cómo no hacerlo? Había conseguido un puesto fijo como sirvienta en un hotel de lujo en donde la paga y los beneficios eran mucho mejores que en esa tienda y aunque era más trabajo, seguía siendo mejor.
Iba por una calle poco concurrida y pasaba a toda la velocidad que sus piernas le permitían por una intersección cuando tuvo que desviar de golpe su bicicleta para evitar que un auto la atropellara, la acción fue tan repentina que perdió el control, la rueda delantera se incrustó contra el borde de una acera y debido a la velocidad que aún conservaba salió despedida por el aire cayendo casi a un metro de distancia de esta con un doloroso golpe sordo.
— ¿Estás bien? —escuchó que alguien preguntaba tras detenerse un auto y escuchar unos pasos que corrían hacia ella, ayudándola a levantarse, ese golpe le dejaría un buen moretón.
— Oh si de maravilla —respondió sarcástica empujando al hombre que la sostenía y sacudiéndose la ropa mientras analizaba los daños en su cuerpo —el casi fracturarme algo era lo que necesitaba para tener un día feliz.
— Pregunta estúpida, ya lo entendí —sonrió el tipo de lado —sube, te llevo al hospital.
— No necesito tu lastima, gracias, basta con que casi me mataras.
— Fue un accidente, un perro cruzo corrie...
— No necesito explicaciones —se cortó molesta, yendo a buscar su bicicleta — estoy bien, no me paso nada y no te demandare ahora déjame en paz–. Una vez se hubo cerciorado de que su medio de transporte estaba bien se subió nuevamente.
— Yo solo intentaba ser amable, pero por lo visto aparte de "humilde" mal educada —se quejó él en voz alta para que lo escuchara y se dirigió a su auto.
Estaba estresado, recién acababa de llegar a la ciudad después de haber estado fuera por casi dos años, viajando por varios países para supervisar el funcionamiento de la cadena de restaurantes de sus padres por el mundo y también para asegurarse que la construcción de las dos nuevas sucursales fueran tal como él lo había pedido, pero el vuelo se había retrasado una hora, la aerolínea había perdido su equipaje por lo que casi se ganaron una buena queja y algo de mala fama por su mal servicio.
John, su «mano derecha» no había aparecido por ninguna parte, tuvo que esperar dos horas más para poder alquilar ese cacharro que estaba conduciendo y para colmo los albañiles que estaban remodelando su casa no la habían terminado y quizás no estaría lista en dos semanas o quizás un poco más, sus padres se habían ido de crucero por lo que la casa de ellos estaba prohibida para él en su ausencia.
Algo cruel pero se lo había ganado tras casi destruirla con una fiesta que se había salido de control dos años atrás y por lo que ahora tenía su casa propia, que estaba siendo remodelada por circunstancias parecidas.
Suspiró estresado presionándose el puente de la nariz con frustración, ese no era su día, el único golpe de suerte que había logrado tener fue poder reservar la última habitación del hotel más prestigioso de la ciudad justo a última hora durante la época festiva del mismo por su aniversario número 50, reservo la suite presidencial durante tres semanas, tiempo que estimó justo para que terminaran su casa, hicieran la limpieza y se fuera por completo el olor a pintura y el polvo, no quería tener que visitar el hospital tan pronto.
Tardo media hora más en llegar al hotel debido al tráfico y a una breve parada que realizó en una cafetería, necesitaba la cafeína en su torrente o cortaría la cabeza de alguien, el nombre de John le llego a la cabeza, tras ese pensamiento, suspiró fastidiado al notar que las puertas del edificio estaban abarrotadas de periodistas, los mismos que habían estado en el aeropuerto, él no era ningún tipo de artista, ni modelo, ni nada parecido pero aun así era famoso.
Era el heredero de una cadena de restaurantes de fama mundial, su familia estaba entre las diez más adineradas del país, justo por debajo de los Graham, pero sobre todo era muy reconocido por ser un «exceso» siempre iba a exceso de velocidad, con exceso de alcohol en la sangre y de drogas en algunas ocasiones, hacia fiestas en exceso que se salían de control excesivamente, despilfarraba su fortuna en exceso, era un mujeriego excesivo, todo era excesivo en su vida, inclusive el trabajo y eso era parte de su fama.
Se podía decir que era un lince en los negocios y aunque no se le conocía carrera universitaria, era uno de los jóvenes empresarios más destacados del momento, los saludo al bajar del auto deteniéndose a responder alguna pregunta y aprovechando para detallar si alguna de aquellas mujeres que se aglomeraban alrededor valían la pena para un revolcón de una noche. La mayoría eran muy guapas y le sonreían coquetas, le pedían con la mirada que escogiera a alguna de ellas, le decían que harían lo que quisiera.
El recuerdo de la chica de la bicicleta llegó de repente a su mente, su antipatía había resultado un poco refrescante aunque estaba seguro de que no se había dado cuenta de quién era él, pero esa sensación le agradó, decidió ignorar las miradas insinuantes de las mujeres a su alrededor para entrar al edificio, una vez dentro del hotel escaneo el amplio espacio haciendo el mismo escaneo realizado fuera, pero seguía sin ver nada interesante, no es que estuviera desesperado solo estaba muy estresado y una noche de sexo con una mujer hermosa no le caería mal, el problema era que la gran mayoría eran demasiado fáciles y complacientes, nada interesante, siempre aburridas.
Caminó hasta la recepción y tras pedir su llave subió en el ascensor hasta la habitación, por suerte el aparato estaba vacío por lo que pudo respirar más tranquilo en ese momento, como habían perdido su equipaje en el aeropuerto no tenía más que un simple bolso en su hombro, se recostó en la pared tras él, como no había encontrado a nadie con quien distraerse, ese día solo le tocaría dormir, no estaba de ánimos para salir de cacería.
Iba refunfuñando molesto, maldiciendo por lo bajo, estaba más que molesto en ese momento > se quejaba, joder, cinco años fuera y lo recibían de la misma manera, la aerolínea perdió su equipaje, no contentos con eso en el aeropuerto le robaron su bolso, ese que siempre llevaba con las cosas más importante, por lo que tendría que hacer muchas llamadas para cancelar sus tarjetas, citas para conseguir una nueva identificación y un pasaporte y todo ese papeleo horrible que tenía que hacer, no pudo empezar con las llamadas porque durante el robo su teléfono se había caído y alguien lo piso, así que estaba roto, no tenia efectivo ni nada en absoluto así que al tomar un taxi tuvo que convencer al conductor que le aceptara el reloj como medio de pago, no le costó mucho en realidad, pero perdió su reloj, pero eso tampoco salió bien, porque el embotellamiento a causa de la hora lo agarro a mitad de camino al restaurant
Tomándole el rostro con ambas manos la beso sin darle tiempo a reaccionar, la beso con fuerza, con necesidad, con añoranza, tristeza, amargura, dolor, amor, odio, rencor, con todos esos sentimientos que se habían ido acumulando en él durante el tiempo en que no la vio, en que no la tuvo a su lado, los labios de ella le correspondieron sin chistar, su lengua jugando con la de él, los brazos de ella le rodearon el cuello y el la alzo del suelo para besarla mejor, presionando su espalda contra la pared mientras ella le rodeaba la cintura con las piernas, el beso fue intenso y desgarrador, Cedric pudo sentir las lagrimas de ella mojarle el rostro pero no podía apartarse, la necesitaba demasiado, con manos temblorosas por la necesidad y la desesperación, desato el nudo de la bata de baño que la rodeaba descubriendo un hombro, sus labios abandonaron los de ella para besar la piel expuesta.— Cedric... no… —Jadeo Shelley sin mucha convicción, recibiendo solo un gruñido ronco por su parte.El
Se afeito y ducho lo más rápido que pudo, tomo lo primero que encontró en el armario y luego de ponerse los zapatos tomo sus cosas y salió de su casa, tenía menos de cuatro horas para llegar a los viñedos y conseguirla, si no lo lograba, la perdería, pero el viaje tomaba tres horas y medias, aunque él podía conducir más rápido y hacer el viaje en menos tiempo, tenía que ser cuidadoso, no quería que lo arrestaran en el camino y perder la oportunidad. Cuando salió de su casa e iba a buscar su coche escucho una bocina a cierta distancia, la ignoro pero volvió a escucharla por lo que volteo encontrándose una camioneta SUV negra a media cuadra, pudo reconocer a Bruno en el asiento del conductor, Zack iba de copiloto y por lo que pudo ver en la distancia y atreves del cristal, estaba sonriendo, gruño molesto y se acercó a ellos.— ¿Qué mierda?— Sabía que no te quedarías allí como un imbécil. —Afirmó Zack aún con su enorme sonrisa. —Me debes una ronda de cervezas.— ¿Ustedes apostaron?— So
Un estruendoso ruido lo despertó de golpe, no solo a él, sino a la media docena de personas que lo rodeaban, todos se levantaron de golpe, asustados al ver al grupo de hombres encapuchados y vestidos de negro que entraban a su casa como agentes en un allanamiento a un cartel de drogas, con armas en mano incluidas.— Muy bien todo el que no sea dueño de casa, lárguese ahora o serán arrestados. — Amenazo una voz muy familiar desde la puerta, Cedric entrecerró los ojos hacia el de manera sospechosa.Los demás agentes se dispersaron por el lugar buscando a más de sus "invitados" por toda la casa mientras los que habían estado inconscientes en la sala de estar junto a el recogían sus ropas faltantes y salían corriendo del lugar, semidesnudos y descalzos, hombres y mujeres por igual, el hombre que había hablado se acero a él y le entrego un vaso de café humeante.— ¿Qué mierda se supone que haces?— Un favor.— ¿A quién? —preguntó renuente mirando como otra media docena de personas abandona
En la mañana se despertó sintiendo las sabanas frías a su alrededor, la cama vacía, se movió incomodo, aún con la esperanza de sentir el cuerpo cálido y desnudo de Shelley, pero no fue así, ella no estaba,, se sentó en la cama con el ceño fruncido y miro a su alrededor, nada, al ver la hora suspiro y una sonrisa se dibujo en sus labios, alivio, eran las ocho de la mañana, Shelley había entrado a trabajar a las seis, debía haberse ido sin despertarlo, no era la primera vez que lo hacía, la llamaría más tarde para regañarla por esa mala costumbre, se estiro desperezando su cuerpo y con un gran bostezo antes de levantarse por completo para realizar su rutina antes de ir a trabajar el también, pero antes se le antojaba una buena taza de café y algo de comer, con una sonrisa tonta en el rostro fue a la cocina pero al ver un solitario trozo de papel en la barra para el desayuno la sonrisa desapareció, tenía un muy mal presentimiento, se acercó poco a poco, como si de una bomba se tratase, l
Shlly miro una vez mas a Cedric quien estaba aun dormido en la cama, el corazón se le encogia mientras se vestia en silencio para no despertarlo, tragándose las lagrimas que no quería derramar, no quería irse, no quería dejarlo asi, quería expliacarle sus motivos pero temia no poder enfrentarlo, no se creía capaz de darle sus motivos sin hecharse a llorar como una tonta y estaba segura de que si lo veía directamente a los ojos mientras le decía que lo iba a dejar, entonces no seria capaz de hacerlo, se quedaría con el y rompería la promesa que hacia años había hecho y no podía romperla, estaba en un gran dilema, en su corazón, ya que su cerebro estaba completamente decidido a lo que debía hacer, en su cabeza, lo que estaba haciendo era lo lógico, lo natural, lo correcto, termino de vestirse y miro una vez mas a Cedric dormido, suspiro y salio de la habitación con los zapatos en una mano busco su bolso y el resto de sus cosas antes de dirigirse a la cocina, sabia que al despertar lo pr
Último capítulo