CAPÍTULO 52

Estaba en enmudecida, Fray trataba de despertar a su madre. El cuchillo aún estaba en su pecho. Estaba inmóvil, ella había muerto.

—¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamá! —Espetó Edon.

—Myriam no puede morir —exclamé. Me puse de pie y me dirigí hacia ellos.

—¡Aléjate! Tú eres la culpable —gritó Fray—. Te vi como enterrabas el cuchillo en su pecho.

—Eso, no es cierto, no fui yo. —exclamé. Escuchaba a Fray y no podia creer que me acusara de esa manera.

—Pues no había nadie más en la habitación cuando ingresé. —respondió.

—¡Fray no lo hice! Ahora déjame ayudar a Myriam.

—¡Aléjate de nosotros! Sabía que no podía confiar en ti, todo este tiempo este fue tu plan.

—No tengo idea de lo que estás hablando.

—Nuestros enemigos querían matar a mi madre, tú nos traicionaste, eres parte de los desterrados.

—Fray no soy parte de los desterrados. Tú lo sabes bien.

—No puedo confiar en la persona que mató mi madre.

—Te juro que no fui yo. —Me dirigí hacia Edón quien tenía la mirada perdida— ¿Me crees?— preg
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