Emily es una madre soltera e independiente que ha conseguido construir una vida próspera para ella y su adorable hija, Gabriela. Hace cinco años, huyó de Gaspar, el hombre con el que tuvo una aventura de una noche y que en aquel momento estaba embarazada. Decidida a criar sola a su hija y protegerla de cualquier influencia negativa, Emily mantuvo en secreto la identidad de su padre. Sin embargo, el destino tiene otros planes cuando Gaspar reaparece inesperadamente en su vida. Está decidido a redimirse y asumir su responsabilidad como padre de Gabriela. A pesar de las muchas razones para no confiar en él, a Emily le intriga la posibilidad de que Gabriela tenga una figura paterna en su vida. Mientras Gaspar lucha por recuperar la confianza de Emily, ambos se embarcan en un viaje emocional lleno de altibajos. Emily tiene que enfrentarse a sus miedos e inseguridades, mientras Gaspar intenta demostrar que ha cambiado y que merece una segunda oportunidad. Mientras tanto, Gabriela, una niña inteligente y curiosa, intenta comprender lo que ocurre a su alrededor. Anhela tener una familia completa, pero también siente lealtad hacia su madre, cuyo amor y protección nunca han sido cuestionados. Esta es una conmovedora historia sobre las segundas oportunidades, el perdón y el poder del amor incondicional. Emily tendrá que decidir si está dispuesta a dejar atrás el pasado y permitir que Gaspar forme parte de la vida de Gabriela. ¿Serán capaces de superar los secretos y las cicatrices del pasado para construir un futuro juntos como una verdadera familia?
Leer másLa vida actual de Emily es un verdadero testimonio de su determinación y fortaleza. Como madre soltera y empresaria de moda de éxito, encontró el equilibrio entre el cuidado de su hija y la gestión de su negocio.
Cada mañana se despertaba con el corazón lleno de gratitud. El sol empezaba a iluminar el cielo mientras ella se preparaba para el día. Se puso su impecable y elegante atuendo, una representación de su propia marca de ropa, una mezcla de sofisticación y estilo único que ha conquistado los corazones de muchas mujeres de todo el país.
Tras despertar a su hija, Emily la ayudó cuidadosamente a vestirse. Sus ojos brillaban de amor mientras le ajustaba los botones del vestido y le arreglaba el pelo. Ella era su mayor tesoro, la razón de su determinación y su éxito.
Mientras disfrutaban juntas de un saludable desayuno, Emily escuchaba atentamente las animadas historias de su hija sobre sus aventuras imaginarias. Era su mayor admiradora, siempre alentando su creatividad y alimentando sus sueños.
Tras despedirse con un cálido abrazo y tiernos besos, Emily se dirigió a su oficina, donde se produjo la magia. Su talentoso equipo la recibió con entusiasmo, listo para otro día de creación e innovación. Juntos, convertían telas e ideas en obras de arte. Emily dirigía con pasión y determinación, inspirando a todos los que la rodeaban para que alcanzaran su máximo potencial.
Mientras se ocupaba de las reuniones, la planificación de lanzamientos y otras responsabilidades empresariales, Emily nunca olvidaba dedicarse tiempo a sí misma. Se dio cuenta de que cuidar de sí misma era fundamental para ser una madre y una líder eficaz.
Al final del día, Emily volvía a casa deseosa de compartir las experiencias del día con su hija. Pasaban tiempo juntas, jugando, leyendo libros y compartiendo risas. Para ella, estos momentos eran preciosos y sagrados.
Cuando se preparaban para irse a la cama, Emily abrazaba a Gabriela con amor y gratitud. Sabía que todo lo que había conseguido, todo el éxito y la alegría que había encontrado, eran el resultado de su perseverancia y del amor incondicional que sentía por su hija. Y con la certeza en su corazón de que ninguna de las dos necesitaba a nadie más para completar su familia.
Una noche, antes de apagar las luces, Gabriela miró a Emily con ojos curiosos y le preguntó:
- Sabes, mamá, estaba pensando... Contigo tengo una familia maravillosa, pero... ¿qué se siente al tener un padre? Echo de menos tenerlo cerca.
Emily cogió la mano de su hija y sonrió suavemente, dándose cuenta de la sinceridad de la pregunta.
- Cariño, entiendo cómo te sientes. Es normal echar de menos a alguien que no conoces, sobre todo cuando imaginas cómo sería tener un padre a tu lado. Pero quiero que sepas que somos una familia completa, incluso sin un padre presente. Tienes todo mi amor y dedicación, y juntos podemos enfrentarnos a cualquier cosa.
Gabriela asintió, pero sus ojos seguían mostrando cierta tristeza. Emily continuó:
- No puedo desempeñar el papel de padre, pero estoy aquí para ser vuestra madre y vuestro padre al mismo tiempo. Tenemos un vínculo especial y siempre estaré a tu lado, apoyando tus sueños y celebrando tus logros.
Gabriela abrazó a su madre con fuerza, sintiéndose reconfortada por sus palabras.
- Pero mamá, ¿dónde está mi padre?
Emily pensó mucho en la respuesta a la pregunta de su hija. Hablar de aquel hombre le removía los sentimientos, pero sabía que en algún momento Gabriela preguntaría por su padre. Emily suspiró profundamente, mirando con ternura a los ojos de su hija antes de contestar:
- Querida, tu padre ya no está presente en nuestras vidas. Hubo algunas circunstancias difíciles y complicadas que nos llevaron a tomar caminos separados. Sé que puedes echarle de menos, pero quiero que entiendas que estoy aquí para ti, y que haré todo lo posible por llenar ese vacío y ser todo lo que necesites.
Gabriela bajó la mirada, procesando las palabras de su madre. Emily siguió manteniendo la calma y la dulzura en su voz:
- A veces las personas tienen que tomar decisiones que las alejan de nosotros, y aunque esto puede ser doloroso, es importante recordar que tenemos amor y felicidad en nuestras vidas, incluso sin su presencia. Tienes una madre que te quiere más que a nada en el mundo, y yo estoy aquí para apoyarte en todo momento.
Gabriela miró a Emily, sus ojos mostraban una mezcla de tristeza y gratitud. Volvió a abrazar a su madre, encontrando consuelo en su amor y comprensión.
- Mamá, estoy muy agradecida de tenerte a mi lado. Te quiero mucho.
Emily acarició cariñosamente el pelo de Gabriela.
- Yo también te quiero más de lo que puedo expresar, cariño. Somos un equipo, una familia fuerte y unida. Y juntas afrontaremos cualquier reto que la vida nos depare.
Con esa declaración, madre e hija se acurrucaron juntas en la cama, sintiéndose protegidas por el amor que compartían. Emily sabía que, aunque su padre era una ausencia dolorosa, tenían un amor y una conexión especiales que superaban cualquier ausencia. Estaba decidida a crear un entorno feliz y lleno de amor para Gabriela, donde pudiera crecer y florecer, independientemente de las circunstancias.
~*~
Al día siguiente, Emily siguió con su rutina, dejó a Gabriela en el colegio y se fue a su despacho. El día transcurrió tranquilo y Emily estaba muy contenta, ya que pudo hablar con Gabriela sobre el delicado tema de la paternidad y todo fue bien. Sabía que en algún momento de su vida, la niña volvería a preguntar por su padre, era natural, pero ella respondería con amor y sencillez. Y siempre estaría ahí para satisfacer cualquier necesidad de su hija, sin necesitar a nadie más.
Emily no esperaba encontrarse con el hombre del que había huido cinco años atrás, justo cuando su vida se había estabilizado, había conseguido rehacerse y era feliz...
A la hora de comer, fue a un restaurante cercano a su oficina, al que iba todos los días a almorzar. Mientras esperaba a que le prepararan la comida, miró en su móvil la agenda de pedidos de vestidos a medida. Estaba muy concentrada, tanto que no se dio cuenta cuando un hombre se acercó a su mesa y se sentó sin pedir permiso.
- Hola, Emily.
Se sobresaltó y finalmente levantó la vista hacia el hombre que se sentaba frente a ella, y se le heló el corazón al ver al padre de Gabriela tan cerca después de tantos años.
Habían pasado cuatro meses. Emily estaba a punto de dar a luz a su bebé y la expectación era máxima entre los tres. Gabriela era la más ansiosa por la llegada de su hermano. Todas las mañanas, al despertarse, iba a ver a su madre para preguntarle si era de día.- Es su hermano quien decide la hora.- ¡Venga! Eres demasiado lenta. - Gabriela habló a la barriga de Emily y todos se rieron.Después de muchos intentos por averiguar el sexo del bebé, ya que ella siempre estaba con las piernas cruzadas, lo consiguieron: era un niño. Emily pensó que Gabriela se enfadaría o al menos se preocuparía de que no fuera una niña, pero su reacción fue la mejor posible.- ¿Un niño? - preguntó pensativa cuando Emily se lo dijo.- Sí.Hubo un largo silencio mientras Gabriela pensaba. Emily intercambió miradas con Gaspar y justo cuando iba a decir algo, Gabriela dijo:- ¡Un niño! ¡Es increíble! ¡Vamos a poder jugar juntos y a la pelota! Y voy a enseñarle todo lo que sé. - Empezó a dar saltos por la habita
Gaspar volvió al dormitorio después de acostar a Gabriela. Emily estaba tumbada en la cama esperando su regreso y sonrió cuando entró en la habitación y cerró la puerta.- Hoy estaba realmente agitada.Emily se rió. Cada día que pasaba hasta que naciera el bebé, Gabriela se ponía más y más ansiosa.- Se muere por que nazca pronto el bebé.- Ah... Yo también... -dijo, tumbándose encima de ella en la cama-.- Es curioso, porque yo soy el que debería estar más ansioso por esto...Gaspar se rió y le besó los labios cariñosamente.- Dudo que yo no lo esté.- Sí. Ya empieza a pesar.Gaspar se tumbó a su lado y le acarició el vientre, que ahora era más evidente.- Pero todavía es muy pequeño.- Para mí no.Gaspar se rió y volvió a besarla. ¡Estaba tan contenta! Siempre parecía extasiado cuando estaba cerca de Emily. Ella sonrió cuando él se quedó quieto mirándola a los ojos y tiró de él para darle un beso. Emily empezó a abrir lentamente la camisa de Gaspar mientras lo besaba y él sonreía.E
Pasaron el día junto a la piscina y, a la hora de comer, Gaspar pidió a María que cuidara un momento de Gabriela e invitó a Emily a dar un paseo por el jardín. Entre risas y miradas cariñosas, llegaron a un rincón especial del jardín donde una pequeña fuente burbujeaba suavemente.- Entonces... ¿has pensado en mi propuesta? - Gaspar la miró a los ojos, con expresión seria pero llena de ansiedad.Emily sintió que el corazón le latía más deprisa.- Sí, lo he pensado.- ¿Y cuál fue tu respuesta?- Fue una decisión difícil de tomar...- Pero, ¿te vienes a vivir conmigo? - preguntó con ansiedad. - Quiero estar lo más cerca posible de ti. Y si el problema es la casa, nos iremos a otro sitio, no hay problema.- No hay problema con la casa.- ¿Entonces qué?- Acepto tu propuesta. Yo, Gabriela y nuestro bebé nos quedaremos contigo.Gaspar sonrió de oreja a oreja, incapaz de contener la felicidad que se apoderaba de su rostro. Abrazó a Emily con ternura, dándole las gracias por aceptar su propu
Gabriela bostezó varias veces y dijo que de ninguna manera, que necesitaba dormir, lo que hizo reír a ambos.- ¿Dormirme, papá?- Claro que sí.Gabriela estiró los brazos para que la cogiera en brazos. Gaspar sonrió y la cogió en brazos. Luego fue a su habitación. Cuando llegaron, ayudó a Gabriela a ponerse el pijama y luego le hizo señas a Gaspar para que la acostara, cosa que hizo. Emily los observó a los dos, Gaspar besó la frente de Gabriela y la tapó con la manta. A pesar de su somnolencia, Emily notó lo feliz que estaba Gabriela con este momento entre padre e hija y sonrió emocionada.La niña se durmió rápidamente y los dos salieron de la habitación para no despertarla. Emily esperó a que él le diera la noticia de inmediato. Por supuesto sabía que tenía que ver con el padre de Alice. Había estado trabajando todo este tiempo para deshacerse de aquel horrible hombre y seguramente esta felicidad era porque había funcionado.- ¿Me vas a decir por qué eres tan feliz? - dijo Emily mie
Mientras tanto, fuera, Alexander y Alice discutían los detalles del plan para abandonar el país y librarse de cualquier influencia de Marcelo. Alice aún se estaba recuperando del shock de haber revelado la mentira sobre su embarazo, pero se sentía aliviada por haber puesto por fin la verdad sobre la mesa.- Alejandro, espero de verdad que Gaspar lo entienda. No quiero que actúe impulsivamente y hable con mi padre antes de que huyamos.- Lo entenderá, Alice. Y no hablará con su padre. Tienen la oportunidad de empezar de nuevo, todos la tenemos. Concentrémonos en construir un futuro mejor, lejos de las garras de su padre.Cuando el sol empezó a ponerse, se dieron cuenta de que en ese momento se estaba dando el primer paso hacia la libertad. El camino por delante sería difícil, pero estaban decididos a enfrentarse juntos a lo desconocido.Hasta que decidieran cómo proceder, Alicia tendría que permanecer en casa de Gaspar, para que su padre no sospechara nada, y Gaspar tendría que contene
Emily no sabía qué decir después de todo lo que había oído. Pensaba que Alice estaba loca, pero al escuchar su historia se dio cuenta de que era su padre el que estaba loco.- Quiero sacar a Alice de aquí, pero no antes de que arregléis vuestras vidas -dijo Alexander.- Claro... ¿y por qué me cuentas esto? ¿No deberías decírselo a Gaspar?- Nos vamos, pero quiero pedirte ayuda -respondió Alexander.- ¿Mi ayuda? ¿En qué?- Convéncele para que espere a que nos vayamos antes de hablar con Marcelo. Así tendremos tiempo.- No sé si me hará caso.- Claro que te escuchará. Te quiere -respondió Alice-. - Y lo que más desea es estar contigo y con tu hija. Seguro que le encantaría saber que esperas otro hijo suyo.Emily se llevó involuntariamente la mano al estómago. La noticia aún era nueva para ella, pero ¿y Gaspar?- Quizá eso haya que decirlo después de que tú lo hayas dicho", dijo Emily.- "Ya. ¿Y vas a ayudarnos? - dijo Alexander.- ¿Cómo? Si le pido que no te lo diga, se enterará por mí
Último capítulo