Capítulo 135: Dos regalos maravillosos.
Pasaron como cuarenta y cinco minutos y no había noticias de Malú. Joaquín y María Paz llegaron apenas les avisó.
—¿Tienes noticias? —indagó Joaquín a su yerno.
—Ninguna —contestó Abel resoplando.
—Tranquilo —le dijo María Paz, y colocó su mano en el hombro de él—, no pierdas la fe.
—Eso hago —contestó abatido.
—Mi hija es una mujer fuerte —aseguró Joaquín, reprimiendo su preocupación, para darle ánimos a su yerno, entonces tomó la mano de su esposa y se sentaron.
Unos minutos después, el especialista encargado de Malú apareció. Abel se paró como un resorte y corrió.
—¿Cómo está mi mujer? —cuestionó agitado. —¿Qué pasó con los bebés? —indagó sintiendo un pinchazo en el pecho.
—Abel —expuso con voz pausada—, no te voy a mentir, Malú tiene una amenaza de aborto, la hemos logrado controlar, pero no se puede ir a casa, la vamos a tener internada hasta que pase el peligro —indicó—, no puede moverse, debe estar en absoluto reposo.
Abel liberó un suspiro.
—Haremos todo lo que nos