Capítulo 141: Amor de familia.
Instantes después Abel y Eduardo salieron del quirófano, se encontraron en el pasillo, y se estrecharon en un fuerte abrazo.
—Ya somos papás —dijo Abel.
—Aún no lo puedo creer —expresó carraspeando Eduardo—, estoy tan conmovido. ¿Cómo está Malú, y los bebés?
—Todo salió de maravilla, mis bebés son preciosos —dijo Abel con la mirada iluminada—. ¿Cómo está Mafer? ¿Nacieron bien los niños?
—Todo bien, Mafer y mis hijos están muy sanos, tienes que conocerlos, son preciosos.
—Me muero por conocer a mis sobrinos, salieron preciosos por Mafer —respondió Abel, bromeando—, pero antes vamos a avisarles a la familia —sugirió.
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En las sala de espera tanto los padres de las chicas como los de Abel, esperaban con impaciencia.
Majo mantenía pegada su cabeza en el pecho de Sebastián.
—Fue horrible, yo no quiero saber nada de bebés, eso no es de humanos —expresó—. ¿Cómo puedes sacar un bebé, por un pequeño orificio? —Negó con la cabeza.
Sebastián carcajeó al escucharla, y la abrazó.