Desde arriba abajo, Fernando lo midió con la mirada, y acto seguido se dio media vuelta para marcharse. Thiago lo siguió inmediatamente, pero apenas avanzaron unos pasos, escuchó la voz grave de Fernando:
—Entrégame un informe mañana en la mañana.
—¿Ah? —Thiago juraba no entender a qué se refería—. ¿El informe del nuevo proyecto?
Fernando volteó con frialdad.
—¿Tú qué crees?
—… —A Thiago se le heló la sangre.
«¿Informe sobre mujeres…?», pensó. «¡Me voy a meter en un lío! ¿Puedo retractarme de lo que dije? Realmente no sé nada al respecto…»
***
Si había un hombre en este mundo que entendiera a Daisy mejor que nadie, ese era Javier. Ni siquiera Enzo, quien llevaba años a su lado, podía superarlo. Y aunque Daisy se había esforzado por calmarse y mostrar normalidad, Javier la leyó con una sola mirada.
Le sirvió un taco de los que a Daisy tanto le gustaban.
—¿No pudiste dormir bien?
La mano con la que sujetaba el tenedor se le detuvo un instante.
—Sí —admitió.
Entonces Javier le sirvió un t