(Narración en tercera persona)
Lion rompió el silencio primero. Una sonrisa lenta, genuinamente divertida, se dibujó en sus labios, un espectáculo raro que iluminó sus facciones.
—Fue brutal. —Comentó, su voz estaba cargada de una mezcla de asombro y admiración. —Y absolutamente magistral. ¿Cómo es posible que, con ese ingenio, siempre termines siendo la víctima cuando se trata de tu familia? —Su tono no era condescendiente, sino curiosidad genuina. Era como si finalmente viera la paradoja que era Olivia: un talento estratégico nulo que se encogía ante los suyos.
Olivia se encogió levemente de hombros, mientras que una sombra de vergüenza ruborizó sus mejillas. Sabía que había sido hábil, pero la fuente de esa habilidad fueron los años de entrenamiento forzado bajo el yugo de Jennifer que aún le dejaba un regusto amargo.
—Con ellos... es diferente. —Murmuró, evitando su mirada. Pero en el fondo de su corazón, una convicción ardía con fuerza: por más que dudara de los motivos iniciales