El éxito del Festival del Renacimiento cementó a la Fundación Aurora como una institución cultural de referencia en Londres. Durante meses, la vida transcurrió en un ritmo de armonioso trabajo: clases, conciertos, el constante ir y venir de artistas y el dulce crecimiento de Eliana. La paz, por fin, parecía duradera.

Fue una carta, entregada por un mensajero anónimo a la mansión Winchester, la que rompió el hechizo. No tenía remitente. Solo el nombre del destinatario: "Olivia Winchester". La letra era elegante, anticuada, trazada con una caligrafía que parecía salir de otro siglo.

Dentro, una sola hoja de papel pergamino. El mensaje era críptico y escalofriante:

"La música calla donde la sangre habla. El legado de tu padre no era solo acero y hormigón. Lo que Silas Winchester silenció, ahora despierta. Busca la 'Sinfonía Inacabada'. La verdad duerme en la nota que nunca debió ser tocada."

Olivia leyó las palabras una y otra vez, una fría sensación de déjà vu recorriendo su espina dors