Capítulo 84
Noelia se había quedado blanca.

Alicia no pudo evitar sentir un poco de lástima por la mujer embarazada, pero cuando Noelia quiso entrar a esperar a Álvaro, Alicia fue tajante.

—Señorita Noelia, la dueña de esta casa es la señora Saavedra. A ella no le agrada su presencia, así que no puedo permitirle entrar. Mejor vuelva a su casa, el clima es cruel y no querrá poner en riesgo al bebé.

Y sin más, Alicia cerró la puerta en sus narices.

—Alvi, Alicia dijo que mi hermana no me deja entrar. Tuve que esperarte afuera —lloriqueó Noelia.

Alicia se sobresaltó y apresuró a aclarar:

—¡No es cierto, señora Saavedra no dijo eso!

—Entremos y hablamos —Álvaro lanzó una mirada a Noelia, que tiritaba de frío, y, sin soltar a Gabriela, se dirigió hacia la casa.

"No." De repente, la expresión de Gabriela se tornó helada.

Álvaro se detuvo, desconcertado.

—¿No qué?

"Si ella entra, yo no entro," sentenció Gabriela.

La idea de Noelia entrando en esa casa la incomodaba profundamente.

Lo que no se esperaba er
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