—Está casi todo preparado. Pero anoche escuché algo y, cuanto más lo pienso, más ganas me dan de contártelo antes de que vayas a cenar a casa de los Zambrano. No quiero que esas brujas te agarren por sorpresa con sus comentarios venenosos —soltó Rosalina, yendo al grano.
—¿A qué te refieres? —inquirió Gabriela, curiosa.
—Pues resulta que tu exmarido va a casarse con Noelia. Sus abuelos están que echan chispas, y Carmen, su abuela, terminó con un ataque al corazón. Ahora mismo está en la UCI y casi no la cuenta.
Gabriela se quedó callada un segundo.
—La verdad, desde el principio él solo quería casarse con Noelia. Ahora están juntos y felices, supongo que… bien por ellos.
—No lo entiendo. ¿Sufre de doble personalidad o qué? Antes se negaba rotundamente a divorciarse, montó un espectáculo mundial que nos hizo perder una fortuna a Cristóbal y a mí. ¡Ni un mes ha pasado desde que firmaron el divorcio y ya anda preparando boda! En serio, ¿no le da miedo que lo tachen de sinvergüenza?
Gabrie