Mundo ficciónIniciar sesiónSentí que mi cabeza daba vueltas. No era solo incomodidad; era ira, frustración y una sensación de vulnerabilidad que hacía tiempo no experimentaba. Noria me miró con un poco de lástima antes de darme una palmada en el hombro. Su inevitable juicio retumbaba en mi mente como el eco de algo imposible de evitar.
—Pues pienso que tienes que hablar con la jefa para que se aclare todo el lío, porque tu adorable Andy llegó asegurando, cuando la jefa le llamó la atención, que tú le habías dado la seguridad de que vendrías no solo a relevarlo, sino a hacerte cargo de las consultas externas —la observo sin poder creer que Andy haya hecho eso—. Y, como siempre lo haces, todo el mundo le creyó. Se armó tremendo problema porque ninguno de los dos apareció y no encontraban a nadie a esa hora para que hiciera la guardia. —¿En serio A






