A la policía no le gustaban tales disputas económicas. Estaban sin palabras.
—Dame tu tarjeta bancaria—.
—¿Qué?—
—Déjeme ver.—
—Bien. Aquí.—
Natasha sacó su tarjeta bancaria y se la mostró a Olivia por unos momentos, antes de volver a guardarla en su bolso de diseñador.
Olivia permaneció en silencio. Ella tamborileó con sus pálidos dedos en la pantalla de su teléfono.
Olivia levantó la vista perezosamente. —Por favor revisa tus mensajes. Deberías haber recibido el dinero.
—¿Qué?
La voz de Natasha se elevó una octava más alta. Ella le devolvió la mirada con incredulidad.
—Qué… ¿Estás siendo pretenciosa? ¡E-esto no es posible!—
Olivia no se tomó en serio la burla de Natasha.
Noa habló secamente. —¿Qué no es posible? En lugar de parlotear tanto, solo revisa tu teléfono para ver si mi mami transfirió el dinero—.
Los espectadores se reunieron gradualmente alrededor.
—Ella ya dijo que transfirió el dinero. ¡Solo compruébalo!—
—¿Quién es el que está montando un acto ahora?—
—¡Va a ser tan ve