CAPÍTULO — EL HOMBRE QUE YA PERDIÓ
(POV Fabián Segovia)
Fabián siempre creyó que el verdadero poder residía en no sentir culpa y durante años esa convicción lo había sostenido como una estructura firme que le permitía mentir sin sudar, usar sin mirar atrás y avanzar sin remordimientos, convencido de que el mundo pertenecía a quienes no cargaban con conciencia alguna, y de que todo el que dudaba acababa perdiendo, por eso desde el primer día en que puso verdadero interés en Victoria Montaldo no lo hizo como hombre sino como depredador, no como pareja sino como oportunista, sabiendo que aquella mujer no era más que el acceso directo a una fortuna que deseaba sin pensar nunca en el precio humano que eso implicaba.
Besaba a Valeria sin acordarse de Victoria y regresaba a los brazos de Victoria sin acordarse de ninguna de las dos, porque para él ninguna era un nombre, sino una jugada, una estrategia, una ficha bien colocada dentro de un tablero que supo manipular durante demasiado tiemp