C21: Ningún juez se pondrá de su parte.
Raiden guardó silencio por un largo instante, como si las palabras de Astrid hubiesen quedado suspendidas en el aire. Su mirada se perdió en el vacío, fija en algún punto invisible entre los árboles del parque, mientras su mente trataba de encontrar una respuesta coherente.
Era evidente que la pregunta lo había descolocado. En realidad, ni él mismo sabía qué sentía. Intentaba descifrarlo, como si escarbara entre ruinas para hallar el origen de un temblor. ¿Era rencor? ¿Era decepción o una herida que jamás se cerró por completo?
Tal vez era todo eso a la vez, un revoltijo de emociones entrelazadas que no podía nombrar. Pensarlo le resultaba agotador, y en ese instante de presión, con Astrid esperándole una respuesta, su mente simplemente se rehusó a cooperar.
Astrid, al ver que Raiden permanecía callado, frunció el ceño con desconfianza.
—¿Por qué no contestas, Raiden? Respóndeme… ¿todavía amas a Annika?
Aquellas palabras parecieron romper el silencio que lo envolvía.
—Astrid, por favo