Capítulo 47. La justicia de los poderosos
Verónica al llegar al hospital sintió el característico olor a químicos, las enfermeras la observaron con rostros serios y en la pizarra acrílica habían borrado la berenjena.
Quizás el entorno estaba limpio de gérmenes, pero el ambiente era tóxico.
—Buenos días, ¿puedo pasar a la habitación del doctor Andrés Nobrega?
—Lo han pasado al piso vip.
—Creí que ya lo estaba.
—Bueno, en realidad lo han pasado a la segunda planta vip, donde se atienden a personalidades que no pueden dejar ver que están en un hospital.
«Controlar la narrativa» Pensó Verónica.
—Puede indicarme donde queda.
—Debe pedir autorización especial.
—Pero si todos saben que soy la novia de Andrés.
—Son las reglas, señorita.
Verónica llamó a María y en menos de 5 minutos las estaban escoltando por un ascensor privado.
En cuanto se abrieron las puertas, parecía haber llegado al cielo de las cirugías, ya de por sí el hospital era imponente, pero este piso era todo lujo y tecnología.
En