Capítulo 48. Torcido pero cumplidor
Verónica llegó al conjunto residencial de Mauricio, llevaba la carcacha, o la excarcacha, ahora se veía muy bonita y moderna.
Mauricio la esperaba con short playero, franelilla sin mangas y lentes de sol, sonrió al verla bajar.
—Me alegro que te sirva la carcacha.
Verónica no quiso darle explicaciones, menos darle el gusto de decirle que tenía tanta rabia con Andrés que no quiso conducir la camioneta.
—La dejé en la pastelería por si tienen que llevar algún encargo.
Mauricio alzó las cejas.
—Eso quiere decir que te vas a quedar un rato aquí.
—Si no tienes problemas y tu novia no se molesta.
— ¿Cuál novia, Verónica? Deja los celos.
Verónica rio con ironía.
—Podría invitarte a almorzar, ¿te apetece pasticho de berenjena?
Verónica dejó de caminar y se quitó los lentes de sol, lo miró echando chispas por los ojos.
Mauricio no aguantó y se carcajeó de risa.
— ¿Quién te dijo?
—Tu cara confirma que es cierto.
Mauricio buscó su teléfono celular