Capítulo 06. El rival que no se rinde
Verónica no podía creer la desfachatez de Mauricio, recordó las palabras de Marian.
— ¿Qué demonios pasa contigo? Ahora me quieres solo porque me quiere alguien más.
—Yo siempre te he querido, fuiste tú la que me sacó de tu vida, y lo acepté. Pero no puedo más —Mauricio apartó el golfeado junto al teléfono y puso el café en el suelo junto a la banca—. Vero… me haces falta. Y sí, aún te amo. Se vale luchar, porque no te has casado…
—Pero es que tú me quieres a mí y la quieres a todas —expresó con furia—. ¿Qué harás con la o las novias que tienes?
—Yo no tengo novia.
—Si como no, y según tú, ya me convenciste que eres célibe.
—No, claro que no. Pero si tú me das una oportunidad las cosas serán diferente.
— ¿Y tú crees que me trago eso?
Mauricio se arrebató los anteojos oscuros y la miró con intensidad.
—Vero, tú no amas a ese hombre…
— ¡No te atrevas!... Basta, odio cuando pretendes conocer mis sentimientos más que yo misma.
—Aunque me odies, soy yo quien