En el interior del ascensor, Mario y Ana se mantuvieron en silencio.
Finalmente, fue Mario quien rompió el silencio: —¿Por qué fuiste a comprar píldoras anticonceptivas por tu cuenta? Las que desarrolla el Grupo Lewis...
Ana le respondió con un tono de auto burla: —Son todas píldoras anticonceptivas, ¿cuál es la diferencia?
Luego, con indiferencia, ella le preguntó: —¿Por qué me seguiste? ¿No deberías estar acompañando a tu amante?... Cecilia parece necesitar tu compañía.
Mario quedó sin palabras, observándola e intentando adivinar sus pensamientos.
Después de un momento, se alejó la mirada, se ajustó la corbata y el alfiler en el espejo. Sus ojos se encontraron con los de ella en el reflejo y, casi casualmente, preguntó: —¿Y tú? Señora Lewis, ¿no necesitas mi compañía?
Ana no evitó su mirada. Lo miró fijamente y respondió con calma: —Tener el título de la señora Lewis es suficiente para mí.
Esta respuesta claramente enfureció a Mario. La miró fijamente y dijo con voz severa: —Enton