Capítulo 599
Era la marca que Alberto solía fumar.

El año pasado, Luis había comprado la compañía que los producía y cerró la línea de producción de cigarros.

Estaba visiblemente distraído.

Clara, con evidente disgusto y sosteniendo a Leonardo, trataba de calmar al bebé mientras hablaba de Dulcinea.

—¡Ha estado sin comer durante dos días! ¿Realmente tiene el corazón tan duro como para dejarla morir de hambre? Si me preguntas, es mejor que ella muera limpia, y quizás incluso el niño con ella. Así, nadie sabrá nunca que usted estuvo casado o tuvo un hijo, y podrá seguir engañando a jóvenes ingenuas, como Sylvia o cualquier otra mujer…

Clara, aunque hablaba con dureza, lo hacía por el profundo cariño que sentía hacia Dulcinea y su hijo.

Después de ver aquel repugnante video, era comprensible que Dulcinea estuviera furiosa, pero Luis también parecía haberse tomado la situación a pecho. Dos días sin acercarse a ella, realmente era despiadado.

¿Cómo puede ser un buen esposo o padre?

Luis la miró mientras
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