En medio de una guardia en los límites del territorio, Cassian aprovechó para reiterarle a su alfa la decisión que había tomado.
Noah resopló. Ese tema de nuevo, el que en un principio creyó que era una simple broma que se alargó más de la cuenta y ahora, meses después, vuelve a retomar “ese” asunto.
—Te lo diré de nuevo, ¿estás seguro? ¿No es otra de tus tonterías, verdad?
—No, no lo es. Hablo en serio.
Noah arrugó la nariz levemente y fijó sus ojos en el rostro de su consejero.
—Esto no es un juego. No puedes hablarle de “sentimientos” a alguien como ella y luego retractarte. Sabes que su abuelo no va a estar de acuerdo.
—Eso ya me lo dijeron —Cassian miró el cielo—. Le hice caso a la vidente. Me tomé las cosas con calma.
—Tomarse las cosas con calma no solo implica tiempo. Implica que sepas en dónde te metes. —Esa familia sí que era una problemática, y tanto alegó Cassian para que se fueran del territorio, y ahora, con esa “decisión”, los tendría ahí presentes por el resto de