El tema de la supuesta deshonra a la nieta de Nya fue un chismorreo que se extendió por todo el reino.
Cassian estaba en verdaderos problemas. El Alfa del Este tuvo que viajar hasta el palacio del Rey para mediar con el anciano “sabio”.
El viejo comprobó que su nieta no había sido tocada de manera inmoral; no existía ningún crimen que perseguir; sin embargo, se negaba a aceptar que ese lobo la desposara. Y frente a todos gritó que su familia jamás se uniría a una cuna tan baja como la del consejero del Este.
Todo eso lo supo Noah y fue parte del discurso que le dijo al Rey. Cassian era el segundo en su mando, el más fiel de todos.
—¿Entonces el Este se ha restaurado superficialmente, pero delante de su majestad y sus consejeros somos escoria?
—¡Jamás, alfa Noahleem! —habló el Rey; entendía a dónde quería llegar el asunto y no tenía ganas de alargar algo absurdo—. Si el consejero del Este desea desposar a la nieta de Nya, no hay ningún inconveniente. De hecho, se tomará como parte