Zarina explicó a todos sobre los objetos capaces de contener poder. El propósito era crear un escudo alimentado con la energía de la vidente. Eso reforzaría la seguridad.
―¿Eso no atraerá visitantes no deseados? ―la preocupación de Cassian se intensificó. Todavía no existía el cachorro de la profecía. Noah estaba lejos y el Rey había enviado caravanas para encontrar a la vidente.
Su ancla a la sensatez dormía en sus brazos con la boca entreabierta. Había prometido a Noah protegerla, pero los sentimientos que comenzaban a brotar por esa pequeña se volvían más profundos con cada día que pasaba. No mentía al decir que deseaba verla crecer. No quería morir. ¿Quién en su sano juicio quiere?
Leah observaba con los ojos brillosos a Cassian, quien sostenía con firmeza a su hija. La imagen se grabó en su mente, como un recuerdo destinado a perdurar.
(…)
En el palacio del Rey licántropo, los rumores sobre el conflicto del alfa Lucian y su compañera ultrajada por su medio hermano alcanz