De nuevo en su cabeza aparecía esa horrible escena.
Él jamás le dio un sí, pero tampoco le dijo que no. ¿Por qué? Porque se aferró a la idea de que en algún momento lo suyo podía suceder.
De que él podría, por arte de magia, ser lo suficientemente bueno, fuerte y poderoso para desposar a la hija del alfa. ¿Cómo rechazar a la persona de la que estás enamorado desde que supiste el significado de eso?
De niños todo era un cariño inocente. Su padre siempre le repetía hasta el cansancio que su deber era ser leal y útil al alfa.
Ella siempre corría por todas partes con su cabello dorado y una sonrisa semejante a las pinturas celestiales que solía dibujar su madre.
Crecieron juntos. Y su corazón infantil mutó. Ese cariño se convirtió en algo más. Un sentimiento que quemaba. Sus ojos no podían dejar de mirar esos ojos hermosos. Y su ser interior y primitivo no podía dejar de desearla.
Esa declaración fue una esperanza en un terreno que creía perdido.
Prolongó su respuesta y eso se interpretó