004 Me quitaste lo que amaba...
Los lobos más jóvenes se concentraban para alcanzar la transformación lobuna. El lugar donde estaban era un terreno antes explorado.
No habría problema.
Noahlím se sentó sobre una piedra, lejos de los demás.
—¿Por qué no vas a transformarte como los otros, bebé Cassian?
—Porque yo ya sé hacerlo —alegó el chico, ofendido. Levantó la barbilla y recordó aquel lugar lejano en el área montañosa. Ahí había piedras preciosas; quizá no tenían gran valor monetario, más bien eran bonitas y ya.
El jovencito se puso de pie y caminó directo hacia donde el alfa daba instrucciones.
—Alfa… —habló en voz baja. Al tener contacto visual con el líder, le dijo—: después de terminar con eso, ¿podemos subir allá?
Señaló con uno de sus dedos.
Noahlím avanzó hacia el grupo.
—No, no, no —dijo Noleem y se rascó la cabeza.
—Solo un rato. Vamos por unas piedras y bajamos, ¿sí, alfa? —un casi imperceptible puchero se formó en sus labios.
—No —la respuesta de Noahlím, que estaba a tres pasos de Cassian Jr., fue con