Yulia salió del Grupo Yulia y bajó al edificio del Grupo Herrera a esperar a su novio para que le diera las llaves. Baltasar se las entregó de inmediato, le dijo un par de palabras y se fue corriendo a una reunión.
Yulia tomó las llaves y se dirigió al departamento que Baltasar había alquilado, llena de curiosidad por ver cómo sería el lugar que él había escogido.
Cuando abrió la puerta y entró, casi se quedó sin palabras.
—¿Ehh? ¿Me equivoqué acaso de puerta? —se dijo a sí misma mientras miraba la llave, pero no, no se había equivocado.
El pequeño salón estaba lleno de peluches grandes de color rosa, y toda la decoración de la habitación era rosada.
Yulia se quedó en silencio por un momento, luego cerró la puerta, sacó su celular y le mandó un mensaje a Baltasar: [Baltasar, no me lo esperaba, ¿te gustan las cosas tan... rosadas?]
Unos minutos más tarde, Baltasar le mandó un mensaje de voz. Su tono estaba lleno de risa y un toque de resignación.
—Lola, ¿no fuiste tú la que dijo que te