Otra vez así…
Cuando no podía convencerme, me tapó la boca con un beso.
El hombre me tomó de la barbilla, besándome con fuerza y prisa. Con sus manos en mi cintura, acariciándome suavemente, me hizo estremecerme.
Sabía que si dejaba que siguiera así, cuando saliéramos por esa puerta, no iba a tener ni un aspecto extraño...
Sin embargo, no podía hacer nada al respecto. En este aspecto, él había sido dominante y fuerte. La diferencia de fuerza entre los hombres y las mujeres es abismal.
Como no pude resistirme, sabía que él era siempre hombre de suavidad, así que alcé la cabeza y le supliqué con voz baja:
—Marc, no hagas esto, o cuando salgamos la gente me va a ver mal...
—¿A quién más quieres ver? ¿A Enzo? —me interrogó entre besos, con su voz grave y sensual.
En este momento, no podía enfrentarlo directamente, solo podía aceptar sus besos a regañadientes y aprovechar para explicar:
—Yo, yo realmente no tengo nada con él... solo por el concurso de diseño de MS...
—Entonces, ¿lo est