C120: Será la última oportunidad.
Alaska lo miró sin comprender del todo, con una expresión confundida que parecía atrapada entre la perplejidad y un tenue rastro de temor. Sus labios se entreabrieron, como si buscara una explicación que no hallaba, pero ninguna palabra llegó a salir.
Seguía quieta, ofuscada, observando el rostro de Vidal con esos ojos que siempre parecían pedir respuestas que él no estaba seguro de saber dar. Fue entonces cuando él se inclinó hacia ella y alzó ambas manos para sostenerle el rostro. Sus dedos se apoyaron con suavidad en las mejillas de Alaska, obligándola a mirarlo directamente, sin escapatoria posible.
—Mi hijo es importante para mí —expuso él—. Y tú también lo eres, porque eres su madre. Por eso vas a quedarte aquí, donde yo pueda cuidarte. Pero escúchame con atención, Alaska… será la última oportunidad. Si vuelves a cometer un error, si vuelves a desobedecerme, entonces me olvidaré no solamente de ti, sino también del niño. No pienso repetirlo. Te estoy hablando con total claridad