“Buen trabajo, Bass. Manténme informado de cómo va todo”.
Kelvin terminó la llamada con Bass y se quedó mirando su teléfono con una expresión confundida después de que Bass le informara del resultado del evento del día.
Apretó los dientes mientras revisaba su historial de llamadas recientes, fijándose en el número de Leila. Ella le había dejado varias llamadas perdidas y mensajes de texto en los últimos días, pero él no quería hablar con ella, al menos no ahora.
Le dolía mucho que ella dudara de él o de Tatiana, cuando él nunca dudaría de ella.
Aún tenía que ayudarla, pero podía hacerlo sin estar en su presencia. Quizás cuando esta opresión en su pecho comenzara a disminuir, volvería a mostrarse ante ella y se disculparía por haberla ignorado.
Ahora no era un buen momento.
Tatiana salió desnuda de la ducha, secándose el pelo con una toalla, con los pechos balanceándose por los movimientos de sus brazos. Kelvin sonrió al verlo y le dedicó una sonrisa, incapaz de creer que una dios