Leila se alejó en cuanto Tatum se acercó a ellos, ignorándolo por completo.

Era la primera vez que lo veía desde que el rechazo se hizo definitivo y el vínculo de pareja se rompió por completo, pero seguía sintiéndose incómoda en su presencia. No sentía el anhelo de su loba, pero había algo en estar cerca de él que seguía atrayéndola.

A pesar de su ira hacia él, a pesar de su odio, Tatum parecía seguir teniendo un efecto sobre ella y no quería lidiar con él en este momento, no con todo lo que estaba pasando.

“Déjame ayudarte, Leila”, le dijo Tatum, pero ella siguió alejándose.

Él corrió hacia ella y la tiró del brazo, poniendo cierta distancia entre ellos cuando ella lo miró con el ceño fruncido.

“No necesito tu ayuda. No necesito nada de ti, Tatum. Te llevaré los papeles del divorcio y daremos por terminada nuestra relación, así que solo vete a la mierda, Tatum”, dijo Leila con los ojos llenos de lágrimas mientras la invadía una dolorosa tristeza.

Él era el artífice de todos su