Oficina de Adrien – Una decisión apresurada
Adrien tomó el comunicador y presionó el botón para comunicarse con Recursos Humanos. Su paciencia estaba al límite y necesitaba resolver el problema cuanto antes.
—¿Sí, señor Garcías? —contestó una voz masculina al otro lado de la línea.
—Necesito una secretaria con urgencia —dijo Adrien con tono firme—. Envíame a alguien de inmediato con su expediente en mano.
—Sí, señor. Me encargo de inmediato.
Adrien colgó y apoyó los codos sobre el escritorio. Se pasó una mano por el rostro, sintiendo la tensión en sus sienes. No tenía tiempo para entrenar a alguien nuevo, y lo último que necesitaba era una persona incompetente que retrasara su trabajo.
Mientras cavilaba sobre su dilema, el jefe de Recursos Humanos estaba sumido en su propio dilema. Miró a su alrededor y evaluó rápidamente a los empleados disponibles. De pronto, su mirada se detuvo en una joven que trabajaba meticulosamente en su escritorio.
Camila Morales… o más bien, Valentina Suárez