Observaba por la pequeña ventanilla todo el paisaje que las nubes y la altura le permitían, tratando de no sucumbir al aburrimiento.
Eran pocas horas de vuelo, más sin embargo, no podía evitar sentir que los minutos pasaban lentamente.
Se acomodó nuevamente en su asiento y sacó el móvil del bolso de su pantalón.
Desbloqueó la pantalla y presuroso, fue hacia la galería.
Miró embelesado la fotografía que había tomado tiempo atrás y la cuál le había ayudado a mantenerse firme, siendo su fuerza cuando sentía que estaba a punto de darse por vencido.
- ¿Se le ofrece algo señor?.- Una hermosa mujer con uniforme de azafata, preguntó amablemente.
- No, gracias señorita.
- Bueno.- La mujer le sonrió con algo de coquetería que le fue imposible ocultar.
Él simplemente rodó los ojos, acostumbrado a aquellas atenciones innecesarias.
No se consideraba guapo en absoluto.
Su cabello achocolatado al igual que sus ojos, su rostro redondo, su nariz un poco alargada y su mentón bastante pronunciado, desde