- ¡Qué vivan los novios!.- Dafne gritó con entusiasmo, al ver a sus padres ingresar al salón dónde se llevaría a cabo la recepción.
Todos se unieron al aplauso colectivo, mientras Dorian y Casandra, con una sonrisa de felicidad pura, saludaban a todos sus amigos.
Una música suave comenzó a sonar y los novios bailaron al ritmo de esta, entre sonrisas complices y los flashes de las cámaras de la prensa, pues cómo miembros de una de las familias más adineradas del país, aquello indiscutiblemente no podía faltar.
- ¿Todo está listo?.- Casandra le preguntó a Dorian en un susurro, a pesar de que estaban solos en la pista de baile.
- Sí. Ya los chicos tienen lista la pancarta en el escenario, sólo esperan nuestra señal.- Dorian besó la frente de su esposa, tratando de calmarla.
- Bueno. Entonces no hay duda de que muy pronto tendremos otra boda.- La pelirroja sonrió, mirando a su sobrina que observaba todo desde la distancia, junto al ojigris.
La música dejó de sonar y nuevamente los aplauso