Los días pasaron sin compasión alguna y fueron un completo desafío para Aura.
Tal como lo había prometido, Alexein se mantuvo alejado de la chica, dándole su espacio y su tiempo para que no se sintiera presionada y pensara tranquilamente su decisión.
Incluso había cambiado la forma de trasladarse al trabajo y ahora Dafne y Daniel estaban junto a Alexein y ella en un auto diferente, con otro de los guardaespaldas, más sin embargo, Alexein no pensaba rendirse.
Todos los días llegaba a la oficina de la castaña una caja de dulces diferente a la anterior con una rosa y una nota, la cuál Aura esperaba con ansias cada mañana, con una boba sonrisa en el rostro y que guardaba como un tesoro de valor incalculable.
Dafne y Daniel miraban todo con diversión, pues les parecían divertidos los juegos infantiles de ambos, más sin embargo se mantenían al margen, pues de aquel punto en adelante ya no podían influir en las decisiones de ninguno. Todo lo que sucediese de ahí en adelante era muy problema