- Aquí estarás segura. La casa ya se encuentra completamente equipada y otro rato te enviaré ropa y todo lo que necesites para tu aseo personal. Si necesitas algo más, puedes buscarme a mí o a la tía Cass.- Aura le sonrió a Mariana, quien observaba la casa con asombro.
- ¿En serio estas son las casas que la señora Lamprou otorga a sus empleados?.- Mariana preguntó curiosa, sin dar crédito a lo que escuchaba.
- Sí.- Aura respondió tranquila.- La casa celeste que ves en frente es la que me fue asignada a mí cuando llegué a este lugar.
- ¿Sigues viviendo ahí?.
- No. Por órdenes de Dafne, me he trasladado a la casa principal. Ya sabes, por lo de mi recuperación y todo eso.
- Lo entiendo.- Mariana murmuró en respuesta.- Recuerdo haber escuchado a Fernando hablar vagamente sobre el asunto.
Aura asintió.- Bien. Entonces te dejo para que te instales y puedas descansar.- La castaña se dió la vuelta para retirarse, pero se detuvo con la mano en el pomo de la puerta.- Dafne también me pidió