Tenía 20 años cuando Mercedes fue ultrajada por tres hombres en aquel callejón oscuro, no logró ver el rostro de ninguno pero juró que se iba a vengar uno a uno. Entonces dio a luz a su hijo, el cual le quitaron. No importaba qué, ella solo supo que necesitaba mucho dinero para vengarse y traer a su hijo de vuelta, entonces puso su vientre en alquiler sin saber que un poderoso pero inválido CEO la compraría no solo para hacerla la madre de su hijo sino también, hacerla su esposa. Mercedes, ¿podrá finalmente vengarse? ¿Qué secretos descubrirá?
Leer másNunca había sido una mujer a la que le gustara caminar sola por las noches, día a día se escuchaban de los peligros las chicas como ella pasaban, sin tener la seguridad de que llegarían bien a casa pero quizá, ese no era el caso de Mercedes. Y es que no había más, llegar hasta las once de la noche a casa, estar de vuelta después de un largo día de trabajo y de estudios, estudios que esperaba en algún momento de la vida la llevaran a algún lugar.
En casa un hombre que no le podía dar toda la atención del mundo solo porque había decidido dejarse caer en el alcohol cuando su esposa lo dejó y el mismo que era su padre. Un padre que la estaba dejando a su suerte.
Mientras caminaba por aquel callejón oscuro, aquel recuerdo de la mañana se le vino a la mente. Incluso pensar en eso le ponía los nervios de punta.
— ¡Hey, bonita! ¿A dónde vas tan solita? —Preguntó el joven de no más de veinte años que siempre había estado detrás de ella.
Un joven de cabello claro, un poco ondulado, el más guapo de su grupo de amigos y sobre todo, rico, con mucho dinero hasta para comprar las mujeres de toda una vida si así lo quisiera, y que a diferencia de él, Mercedes estaba en esa escuela gracias a una beca que había logrado obtener con su gran capacidad intelectual aunque para cubrir la otra parte de la beca tenía que trabajar como lo hacía ya que no contaba con la ayuda de su padre como era de esperarse.
—Por favor, déjame en paz, Julio, no quiero tener nada que ver contigo o con tu grupo de amigos.
— ¿Me rechazas, bonita? Eso es imperdonable, no sabes a cuántas mujeres les gustaría tener a un hombre yo.
—No presumas de eso, Julio, no eres mejor que nadie.
Esas palabras hicieron que Julio se deshiciera de su sonrisa, esa chica de no más de diecisiete años le estaba dando una lección.
—Te lo diré de una forma más sencilla —dijo él al momento que la tomaba del brazo de manera brusca, hasta el grado de lastimarla.
— ¡Julio, qué te pasa, suéltame!
— ¡Te lo diré una sola vez, niña bonita! Tienes hasta las siete de la noche para tomar una decisión, ve a mi fiesta de cumpleaños en el vestido que te mandé comprar y que llegó a tu sucia casa, si no vas te juro que voy a tomar eso como un rechazo y es ahí donde vas a ver de todo lo que soy capaz porque ya debería de saber que yo consigo todo lo que me propongo.
— ¡Me estás lastimando!
— ¿Me escuchaste?
— ¡Suéltame, imbécil!
— ¿Me escuchaste?
Y sin más, Julio soltó la mano de Mercedes de manera brusca para después irse como el imbécil que era, pensando que lo iba a obtener todo de ella.
Una sonrisa tonta se hizo en el rostro de Mercedes al pensar que Julio en verdad podía conseguir lo que ella quisiera con Mercedes. ¿Qué era lo que él podía hacer? ¡Nada! No era más que un imbécil que mañana ya podía conseguir a otro capricho.
Y con ese pensamiento en mente, Mercedes continuó su camino por el callejón oscuro cuando de pronto, vio entre la oscuridad y la luz, tres sombras que caminaban detrás de ella. Asustada, volteó, se dio cuenta que eran tres hombres a los que no se les veía el rostro por completo.
Fue en ese momento en que Mercedes aceleró el paso y en menos de dos segundos, los hombres hicieron lo mismo, Mercedes corrió, lo mismo hicieron ellos. Fue ahí cuando ella descubrió que ellos iban detrás de ella.
No había nadie que pudiera escucharla si gritaba, Mercedes corrió y corrió y justo e el momento en que pensó en que ya los había perdido, alguien le jaló el cabello por detrás al mismo tiempo que le taparon la boca hasta arrastrarla hasta debajo de una escaleras.
No importaba cuánto ella gritara, nadie parecía escucharla, inmediatamente solo risas de los hombres que tenían cubierto el rostro, el infierno apenas comenzaba para Mercedes, pues ese fue el principio para un sinfín de golpes que ellos le dieron al mismo tiempo que se aprovechaban de su inocencia, siendo una mujer de apenas 20 años su mundo se venía abajo por tres hombres que la estaba ultrajando a más no poder.
Gritos y suplicas que ellos nunca escucharon hasta que saciaron sus malditas necesidades como los animales que eran fue cuando la dejaron ahí, bajo las escaleras, con la ropa rota, mientras ella lloraba a más no poder su suerte.
¿Quiénes era ellos, por qué le habían hecho eso? Mercedes acababa de ser burlada de la peor manera.
Todos sus sueños se perdían, ser la mejor fisioterapeuta había quedado atrás ahora que no tenía nada, lo que no sabía es que ese iba a ser el principio a mil humillaciones que vendrían en un futuro.
Dos meses que se fueron lentos, dos meses en que Mercedes solo tenía pesadillas con lo que había sucedido en aquella noche. Y es que desde esa vez, ella no volvió a ser la misma.
— ¿Por qué se desmayó mi amiga, doctora? —Preguntó la mejor amiga de Mercedes estando en el consultorio de la doctora después de que Mercedes cayera al suelo en plena exposición en su clase.
La doctora miró a Mercedes y a Luna con desagrado. — ¿No es obvio?
—No, la verdad es que no —contestó Luna molesta —. ¿Qué tiene mi amiga?
—Nada, solo que tu amiga se va a convertir en la burla de una escuela de prestigio, tu amiga está embarazada, ¿sabes el mal ejemplo que le va a dar a las niñas de bien en esta escuela?
Eso no podía ser cierto. ¿Mercedes había escuchado bien? Estaba embarazada pero, ¿cómo? Ella no había estado con nadie excepto por el hecho de que aquel abuso.
En ese momento sonrío mientras la saludaba con un ademán, ella se acercó de igual manera con una sonrisa, ahora la que estaba nerviosa era ella, ni siquiera sabía cómo empezar a decir todo eso que le aquejaba y por lo que iba a empezar a una nueva vida.Poco a poco y siendo silenciosa hasta con sus movimientos, se sentó frente a Rachel y esperó, la verdad es que no sabía qué era lo que estaba esperando si su saludo o algo más.—Mercedes, es bueno verte después de tanto tiempo.Mercedes sonrió al momento que bajaba un poco la mirada, no era eso de lo que quería hablar, había algo más. —Sí, la verdad es que yo también creí que nunca nos volveríamos a ver.Richard le dedicó una pequeña mirada y después la bajó. Sonrió, lo que jamás iba a entender es que, ¿por qué sí Mercedes había cambiado de esa manera y nunca se lo dijo?La verdad es que no sabía mucho de cuánto había cambiado su vida, simplemente sabía lo que ella le había dejado saber.—Pero…—Pero —, los dos dijeron casi al mismo t
Una mañana nueva que llegaba para ellos llena de oportunidades, donde los mejores negocios y los mejores compromisos entre territorios estaban a punto de hacerse, Teresa siempre fue buena en eso, o al menos eso demostró cuando Willy y todos sus hombres le empezaron a dar la oportunidad, no había nada de lo que pudiera preocuparse Luna pero por el otro lado estaba que Teresa así como era de fuerte también podía ser débil, ya sabía Luna lo que ella estaba sintiendo por ese hombre y sabía lo que Willy estaba sintiendo por ella, eso podía ser tan peligroso aunque no pareciera de esa manera había cosas ahí, cosas en su futuro que aunque ellos no lo vieran en ese momento los iban a terminar afectando.El último compromiso entre las empresas y las personas que gobernaban en ellos estaba a punto de hacerse, fue Teresa la que se encargó de todo junto con Luna, la verdad es que Willy había perdido un poco de poder sobre los negocios rusos.Teresa ya tenía todo su plan bien definido ella pronto
Y quizá lo mismo para Willy, que nunca había tenido aquella cercanía con Luna a pesar del tiempo y de los años que llevaba de conocerla, era cierto que recordaba la manera en la que ella siempre intentó acercarse cuando algo no estaba bien en él cuando se sentía triste, era como si ella pudiera saberlo o lo pudiera ver, simplemente en su rostro pero ahora que él había crecido y que se había hecho un hombre muy importante en aquellos negocios todo lo que podía hacer era pensar en aquellos momentos que perdió y que no le quiso dar oportunidad a Luna para que entraran en su vida como una amiga más, es que ese era el tipo de vida que él tenía que llevar, una vida tranquila, una vida en la que nadie se metiera para que no pudiera hacer más daño del que él se estaba haciendo. Si tan solo Willy se hubiera dado cuenta que él no era el único despertado pues de un momento a otro sintió extrañar mucho a su hijo, tanto que no pudo dormir en tan solo ese minuto que fue en el mismo que Willy se l
Diez años se habían ido de la misma manera. Era fácil decirlo, diez años que no hacían más que el conteo de una vida entera. ¿Qué podíamos decir de Emilia? La misma mujer que había conquistado tanto territorio alrededor del mundo con tan increíbles negocios. Y si antes se le podía describir como una mujer que no sentía nada, que no tenía sentimientos, que la vida no era más que la oportunidad de venir y aplastar y pasar por encima de quien ella quisiera, ahora podíamos decir que el tiempo solo se había encargado de convertirla en una mujer despiadada. Una mujer que pasaba y cortaba cabezas sin importar nada más.Habiendo disfrutado de aquella noche como casi siempre lo hacía en las manos de aquel hombre que había conocido en su camino, Emilia se recargó en la cabecera de la cama mientras cubría su pecho con la sábanas blanca de la cama. Una sonrisa estaba en su rostro pero no del tipo de sonrisa que daría una mujer que es plenamente feliz sino una mujer que simplemente se sentía compl
En un país muy diferente estaba aquella otra mujer que había perdido noción del tiempo por cada vez que se sentía más cerca del corazón de una persona que no pensó que pudiera amar después de tanto tiempo. Fue de esa manera en que ella logró enamorarse una primera vez de un hombre que lo tenía todo, incluido el poder. Se habían casado, importaba más importaba menos si era por un contrato, habían estado juntos noches enteras, Willy ya no iba a ser el mismo después de tanto que ella le ofrecía. Un amor que no pensó que podía encontrar en ella ni en ninguna otra mujer.Aunque no todo podía ser perfecto había cosas que él seguía ocultando de ella. Sin prisa alguna las puertas de ese lugar se abrieron de par en par, una mujer de tacones altos, un vestido color azul que no era pegado a su cuerpo pero la hacía ver más bella de lo que ya era entró primeramente.Tan pronto como los hombres ahí reunidos se dieron cuenta de su presencia, ellos se levantaron para recibirla mientras ella se quit
Todo estaba dicho. Teresa había tomado una decisión, Emilia seguía moviéndose en sus nuevos negocios, mientras por fin podía sentirse libre. Pero, ¿qué había de Julio?En la mente de Julio se había quedado claramente la manera en la que su madre Emilia había solo dado su adiós, sin importarle nada.—Creo que la hora de irnos ha llegado —, dijo Julio al ver a Emilia en la sala de espera bebiendo como siempre lo hacía.Todo lo que sus ojos podían ver era a un demonio.—Mi hijo y yo estaremos viviendo en Suecia por un tiempo, si las cosas van bien no habrá necesidad de buscar suerte en ningún otro lado. Madre, si algún día sientes que necesitas de tu hijo o de tu nieto, no dudes que estaremos ahí para escucharte.Emilia sonriendo los volteó a ver. — ¿Estás seguro que serás capaz de cuidar de tu hijo cuando no pudiste cuidar de ti mientras yo te lo daba todo?Julio se puso nervioso. No quería que su hijo escuchara más de lo que debía aunque todavía fuera un bebé. —Lo mejor será que y
Último capítulo