Si Kate Harris hubiera hecho caso a los consejos su padre, quizás habría evitado un doloroso accidente y un matrimonio fallido. El hombre que juró amarla no solo la dejó ahogada en la vergüenza, sino que también se convirtió en el arquitecto de sus desgracias. Decidida a no volver a ser engañada ni entregar su corazón nuevamente, Kate se promete a sí misma un nuevo comienzo. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando, en busca de cerrar el capítulo de desgracias, por un malentendido y confusión termina en Corea del Sur, presentándose como la relacionista pública del primer ministro. Trabajar para uno de los hombres más importantes de Corea, no estaba en sus planes, y a pesar de los desafíos, Kate se siente preparada para enfrentar lo que , convencida estar a la altura las exigencias. lo que ella no estaba preparada era que Josh King, el enigmático y poderoso hombre, le hiciera una propuesta que cambiaría todo. Y tal vez eso de tomar decisiones equivocadas, aún no había terminado, y nunca fue tan placentero...
Leer más*EL ACCIDENTE QUE LO CAMBIÓ TODO*
Kate Harris.
Necesitaba tener un respiro. Era tan necesario salir de este edificio, o iba a arrojarme por el décimo piso donde Carl me había metido como si fuese un bicho que quisiera esconder.
El trago grueso aún no bajaba por mi garganta y me abracé a mí misma porque, aunque tenía ya dos años en Nueva York, esta ciudad no había entrado en mi corazón de ninguna manera. Su estado gris y frío solo servía para aumentar más mi ansiedad que se había generado desde que me casé, y sobre todo mi ánimo que cada vez caía más al suelo.
El teléfono vibró en mi chaqueta y me apresuré a tomarlo; sin embargo, la decepción llegó pronto cuando fue Maggie la que apareció en la pantalla del teléfono.
—Magg…
—¡Kate! ¿Dónde estás? —negué mirando hacia una cafetería en la esquina.
—Necesito un café…
—¿Café? ¡Kate… aquí hay un lío por todo lo alto! Aun no entiendo cómo pueden ser tan descarados. Esa tipa, Ashley, le está montando una escena de celos a tu marido… ¡¿puedes creerlo?! ¿A tu marido?
Intente pasar la saliva. Para nadie era un secreto que Ashley, la de recursos humanos, era la amante de Carl, y lo peor de todo, es que no lo disimulaban.
Nunca debí salir del pueblo en que nací, en Texas, del seno de mi familia, ni de los consejos de papá cuando me dijo que Carl solo era un hijo de put@.
Apreté mis dientes y me pregunté si aún habría tiempo de remediar todo esto. Apenas tenía dos años de casada y veintitrés años de edad. Sin embargo, dos años habían bastado para conocer todo lo que no quería en la vida y Carl Solivan, mi esposo, era como mi propio infierno.
En medio de mi corazón acelerado, me di la vuelta, ya no se me generaban lágrimas y por eso tenía este tipo de sensación en el cuerpo.
Una ansiedad que no cesaba nunca.
—¿En qué piso están? —pregunté al final.
—En el quinto… el señor Solivan, vegete, está interviniendo… pero parece que la susodicha alega que tu marido, está follando con la secretaria… ¡Dios Kate, ¿en dónde te has medito con este hombre?!
Sentí que la garganta se me cerró en el instante y rápidamente las ráfagas de los recuerdos, golpearon a mi mente ese día en que Carl me dijo que se quedaría con Lindsay a trabajar hasta tarde, porque debía entregarle cuentas a su padre al día siguiente.
Era un miserable, y lo peor de todo, es que todos se burlaban de mí por su culpa.
Había sido una niña prodigio, mi padre invirtió demasiado dinero para aprender varios idiomas, y, sobre todo, para meterme en el mundo de las relaciones públicas. Quizás eso había atraído a Carl, porque yo le había conseguido tantas conexiones como las que nunca hubiese podido tener.
—¿Kate? ¿Kate? ¿Estás allí? ¡Oh, por Dios!, esta mujer está diciendo que se va a lanzar del edificio!
—¿Qué?
—Kate… se va a lanzar…
Mi corazón se aceleró y retrocedí dos pasos para mirar al gran edifico Solivan Inc. Evidentemente había un tumulto de gente arremolinada en la terraza y podía ver a Ashley que estaba en las barandillas gritando como una loca.
Dejé caer el teléfono en el bolsillo de mi abrigo y retrocedí todo lo que pude hasta que el sonido de unos frenos chirriando sonó en mis oídos, luego sentí un impacto tan fuerte mientras todo mi cuerpo se suspendió en el aire y di contra algo que crujió.
Por un momento todo se detuvo, el sonido en mis oídos se hizo cada vez más lejano y, aunque intenté parpadear o tomar el aire, todo en mí se desvaneció de pronto…
***
Tic…
Tic…
Tic…
Mi cabeza quería explotar cuando intenté abrir los ojos. Estaba un poco desorientada, y me dolía absolutamente todo.
En el momento en que pude observar a mi alrededor, estaba en una habitación, los aparatos médicos monitoreaban mi pulso, y uno de mis brazos estaban conectados a unos cables.
Había tenido un accidente. Lo recordaba.
Intenté moverme en el momento, pero sentía que tenía todos mis huesos quebrados. Antes de casarme solía ser una chica activa, pero luego me había sumido en el trabajo y había ganado un poco de peso, así que mi forma, ni mi condición física, era la misma.
Tomé el aliento para alcanzar el botón de las enfermeras y me dolió la cabeza cuando esa pequeña alarma resonó en la habitación.
—Buenos días… —una enfermera se asomó un poco curiosa con una pequeña sonrisa—. ¿Cómo se siente señora Solivan?
Apreté mis dientes y afirmé.
—Creo que bien… —ella apretó la boca y soltó el aire.
—Bueno… tendrá que quedarse aquí por un tiempo.
Mi ceño se frunció y a lo que intenté sentarme, vi mis dos piernas vendadas metidas en escayolas. La ansiedad y ese estrés repentino volvió mientras sentí una agitación inminente.
—¿Qué ocurrió?
—La atropellaron… realmente… tuvo mucha suerte…
«¿Suerte?», me pregunté todo el tiempo.
—¿Dónde está mi esposo? —ella volvió a dudar y negó.
—No lo sé…
—¿Han llamado a mi familia? —ella volvió a negar.
—Lo siento… pero no tengo esa información… ¿Le parece si espera que vuelva la persona que está a su cargo?
Mi ceño se frunció de nuevo y luego la ira me golpeó de forma ruda.
—¿Qué dice? ¡He tenido un accidente! Es obvio que quiero a mi familia aquí… ¡Deme mi teléfono! —la enfermera se puso nerviosa y retrocedió un paso.
—Lo siento, de verdad… no sé dónde está su teléfono… déjeme llamar al personal indicado, vendrán a atenderla…
Mi cabeza cayó en la almohada mientras las lágrimas caían por mis mejillas. Intenté mover mis piernas, pero fue en vano. El dolor era demasiado y estaba totalmente impedida de hacer algo por mí misma.
Literalmente me arrastré un poco en la cama, pero en el momento en que eché mi brazo hacia la mesilla, un dolor intenso traspasó mis costillas, y me caí de golpe al suelo.
—¡Kate! —la voz de Maggie corriendo hacia mí solo me hizo sollozar—. ¡Por Dios, Kate! ¿Qué hiciste? ¡Enfermeros! Ayuda…
—Magg… ¿Dónde está Carl? ¿Qué está pasando?
Los enfermeros entraron en el momento y me ayudaron a subir a la camilla, mientras Maggie parecía sorprendida. Y en el momento en que ellos le dieron la indicación de que no podía moverme, Maggie les aseguró que estaría bien.
—Kate… han pasado tres días, amiga… he venido a verte todos los días… solo un poco de tiempo por el trabajo. No despertabas y…
—¿Tres días? —estaba totalmente perdida en el tiempo.
Maggie asintió y luego se acercó para tomarme la mano.
—Intenté decirle a tu marido que llamara a tu familia, pero se negó a hacerlo… dijo que esperaría a que despertaras, pero todos hablan en la oficina…
Pasé un trago duro y negué.
—¿Qué dicen?
Maggie bajó el rostro y negó.
—No mereces nada de eso, Kate… tú no…
—¿Qué dicen? —volví a preguntar mientras me temblaba la mandíbula.
Maggie me miró con los ojos bien abiertos, y luego lo dijo:
—Dicen que Ashley anda presumiendo… que Carl le prometió un divorcio… Parece que… el maldit* se va a divorciar de ti…
MATRIMONIO DE VENGANZA LA ESPOSA REBELDE DEL ITALIANO. Hailey Duncan ve cambiar su vida tras un accidente fatal donde atropella a un hombre, y su única esperanza se desvanece cuando su familia no puede salvarla. En medio de su desesperación y cuando cree todo está perdido, aparece un misterioso hombre que puede ser tanto su salvación como su condena, proponiéndole un trato que no puede rechazar. Ángelo Denaro viene a destruir todo a su paso, y sobre todo a vengarse de una familia, que también destruyó la suya. Sin embargo, jamás imaginó que la tentación vendría disfrazada de esposa, y una muy rebelde que pondrá al límite todos sus planes. Entre el poder, y las ansias de someter, los sentimientos aflorarán y los secretos quedarán descubiertos. Porque nunca la línea entre el amor y el odio fue tan delgada entre un ángel, y un demonio…
*UNA PROPUESTA, PARA EL SEÑOR KING* Kate KingEl sábado por la mañana, Khloe y yo salimos de compras, y Josh se quedó con papá y los niños, aunque nos trajimos a Ellie.Quería aprovechar el día, porque mañana queríamos hacer algo significativo para nuestra pequeña, y, además, me sacaría una espina con Khloe.—En esta tienda, conseguiremos de todo —dijo ella cuando la camioneta estacionó y Khloe se apresuró a tomar a Ellie en sus brazos.Me hice la tonta todo el tiempo, compramos lo necesario y encargamos llevar todo a la dirección.Entonces, unas horas después, cuando terminamos, nos fuimos a comer, en un restaurante donde, en un pasado, comíamos pollo frito.—Ni puedo creer que estemos aquí —ella se rio—. Ellie se había dormido, y fue muy reconfortante tener un coche para acostarla mientras comíamos.—Es el pollo favorito de papá, aunque no se lo dice a mamá.Khloe asintió con nervios.—Por cierto —comencé—. Dijiste que teníamos una conversación pendiente, y la verdad, estoy intriga
*EVENTO* Kate KingEl calor de Texas en pleno verano era algo con lo que había crecido, y estar de vuelta aquí con Josh y los niños me llenaba de nostalgia y alegría al mismo tiempo casi todos los días.La casa de mis padres estaba más animada que nunca, con Joshua y Joon corriendo por todas partes, y Ellie explorando sus alrededores con curiosidad. El cumpleaños de Ellie era el domingo, pero el viernes por la mañana, mi padre, y todo lo que su nombre significaba, había sido invitado por un comité de empresarios, que estaban celebrando algo importante.—No me apetece ir… —Khloe abrió los ojos como si fuese una desgracia y se cruzó de brazos.—Se supone que abro relaciones para los negocios de mi familia.—Josh está a cargo desde hace tiempo. Además, hay que usar traje, es muy incómodo para mí ahora. Prefiero quedarme en casa con tu madre y mis nietos.Sonreí cuando Josh me miró y Khloe no parecía muy contenta.—Entonces no hay de otra, Josh, ve con mi hermana. Pero no quedaré mal.—
*EN TEXAS* Kate KingLos meses siguientes fueron una mezcla de noches sin dormir, que ya estuve lista para enfrentar, risas y mucho amor. Joshua y Joon se adaptaron rápidamente a su papel de hermanos mayores. Joshua ayudaba más con la parte de la responsabilidad. Decirle a su hermano que no fuese tan brusco, o que no gritara cerca de Ellie cuando hacía sus siestas, aunque tampoco es que me dijera que la quería alzar, siempre mostraba su lado protector.Joon otra parte, siempre encontraba la manera de hacer reír a Ellie con sus payasadas, y en este año, tuve muchas visitas de mi madre, aunque papá no viajó con tanta frecuencia.Una tarde, mientras estábamos todos en el jardín, Ellie dio sus primeros pasos. Joshua y Joon estaban jugando cerca, y cuando vieron a Ellie tambalearse, corrieron hacia ella con entusiasmo.—¡Miren, Ellie está caminando! —gritó Joon, saltando de alegría y no pude evitar reírme con ganas, al ver su cara de emoción, mientras los ojos de Josh eran indescriptible
*BIENVENIDA, ELLIE* Kate KingEl día del nacimiento de mi pequeña, llegó tan rápido, como se había pasado todo este tiempo con mis chicos, que ahora no eran tan bebés. Parecía mentira, pero ahora estaba en la sala de cirugía, mientras la doctora, que estaba haciendo mi cesárea, me pedía que tuviera calma.—¿Cómo te sientes? —asentí con la cabeza mientras el anestesista me colocaba oxígeno.—Estoy bien, aunque nerviosa.La gente allí me sonrió, pero yo no pude hacerlo, después de Joon, había quedado paranoica, y Josh y yo habíamos estado añorando este momento como ningún otro.A pesar de que mis padres, y Khloe estaban esperando afuera, incluso el mismo Josh, le había pedido este tiempo para mí. Le había pedido hacerse cargo directamente de los chicos que tenían la ansiedad a mil con la llegada de nuestra hermosa Ellie, y estaba segura de que Josh estaba haciendo un papel importante aquí.—Sentirás una presión… no hables mucho.Volví a asentir, esta vez quería que todo fuese perfecto
*UN NUEVO COMIENZO* Josh King.Dejar la presidencia fue un cambio monumental en nuestras vidas, pero no significó el fin de mi servicio a nuestro país. Poco después de mi retiro, recibí una oferta para convertirme en uno de los principales asesores económicos del gobierno. Sabía que aún tenía mucho que aportar y acepté el desafío con entusiasmo.La transición al mundo de los negocios fue sorprendentemente fluida. Mi experiencia en la política y mi conocimiento de las dinámicas globales me dieron una ventaja considerable. Además, trabajar en el sector privado me permitió aplicar mis habilidades de una manera nueva y emocionante.—Josh, tu visión ha sido fundamental para atraer inversiones extranjeras —dijo el ministro de Economía en una de nuestras reuniones—. Corea del Sur está prosperando gracias a tus estrategias.Asentí con humildad, agradecido por la oportunidad de seguir contribuyendo al progreso de nuestra nación. Sin embargo, lo más importante para mí era cómo este nuevo rol
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