Sasha, es una joven criada por una anciana humano, luego del asesinato de sus padres los Alfas de la manada Farkas, fue lanzada a las montañas con intensión de a acabar con su linaje, y no exista nadie quien reclamé el trono que le pertenece. Arion, es muy altivo y orgulloso, la rechaza creyendo que es una Delta, sin imaginar su verdadero origen, tanto el de él como el de ella, pero la atracción que siente hacia ella es más fuerte que el desprecio que dice sentir. Sasha y Arion tendrán que enfrentar un mundo lleno de mentiras engaños, traiciones, venganza y muerte, para estar juntos.
Leer másAño 1568.
El caos y la muerte reinaba en Pensilvania, la familia del Alfa Farkas y su manada habían sido exterminadas, los habían atacado por sorpresa los miembros de la manada Sibelius, la rivalidad que existía entre esos dos linaje era ancestral, los Sibelius querían las tierras de los Farkas, y ahora las tenían. Eliminaron a cada uno del linaje para que nadie reclame el Territorio, y nadie pudiera decir de su verdadera estirpe. Toda aquella masacre la hicieron las manadas de pícaros lideradas secreta mente por Orión, jefe de la manada Sibelius. —Es un bebé, cuando crezca no sabrá de su linaje. —Expresó con un poco de remordimiento Ethan. —¡No! Mátalo y lanzarlo al río así el agua limpia toda la escoria Farkas. — Ordenó Orión creyendo que era un niño recién nacido, el que llora a en brazos de su madre muerta . Veinte años después. Sasha era una joven criada por una anciana humana, lejos de Pennsilvania. Ahora residentes en un pueblo de Stanford, lleva una vida como toda humano. —Abuela, hoy es mi gran día, es mi cumpleaños, seré mayor de edad, buscaré un nuevo trabajo y ya verás que tendremos una mejor situación cuando lo consiga.. —Me hace feliz por ti mi niña, serás una grande en la vida, tus padres te iluminan desde el cielo. —respondió Adela dando un gran abrazo a Sasha. —Lo se abuela...y tu...eres la mejor del mundo mundial. Adela, sonrió al ver a su nieta feliz por su cumpleaños, y se lamentaba no poder hacer una fiesta para ella, y recordó a aquel hombre que siempre la visita en secreto, su corazón se estrujó y en su interior creció la duda de decirle la verdad de su origen. Sabía que en algún momento tenía que revelar esa verdad aunque con ello, tendría que perder a su nieta, pero aún así lo intentó, haciendo comentarios sobre un sueño. —Sasha, tuve un sueño, en el que tú perteneces a una gran familia adinerada, y alguien les robó su fortuna. ¿Hija, que harías si el sueño fuera realidad.? —Adela intentó persuadir, a ver la reacción de su nieta. —Claro que reclamaría lo que me pertenece abuela,y te daría una vida cómoda, así no pasas necesidad. Adela vio las determinaciones en las expresiones decididas de Sasha, y vió que se acercaba el momento de revelar esa verdad. —Bueno me voy abuela, cuídate, regreso un poco tarde, tengo horas extra. Sasha salió de su pequeña casa, tomó el camino de tierra y se dirigió a su lugar de trabajo después de la graduación. En el camino fue interceptada por sus compañeros de clases, estaban listos para ir de paseo por un día después de la graduación. —Sasha, anímate, vamos a un divertido paseo a Pensilvania, está de fiesta, es el cumpleaños del heredero del gobernador del pueblo. —No puedo, tengo que trabajar después de la graduación, necesito dinero para la universidad. —Se excusó. Pero algo en su interior, una fuerza tan grande la invitaba a ir. —Será solo unas horas, anímate, no te puedes quedar somos un grupo. —insistió su amiga Laila. Dudó por un momento, pero al final cedió y aceptó. —Está bien, nunca antes llegué tarde, don Diego me disculpará si le digo que nunca antes vi el pueblo Vecino. Subieron al coche y empezó el viaje. —¿Que pasa Sasha? Estás distraída. —Es una sensación extraña la que siento, es como si.... Olvídalo mejor. —dijo sintiendo una inquietud en su interior. El recorrido fue entre risas y conversas, pero Sasha era ajena a todo aquello que hablaban. Veía cada paisaje pasar frente a ella y era como si ya lo conociera, era una sensación muy fuerte de seguir, porque entre más se adentraba en pensilvania más conocido era. ¿Pero jamás antes yo estuve aquí? —Pensaba algo intrigada. Llegaron y recorrieron las calles, Sasha sin darse cuenta caminó por largo rato y se vio parada frente a los portones del palacio del Alfa Orión Romeo de Sibelius, su corazón agitado retumbaba en sus oídos, los portones fueron abiertos y ahí estaba frente a ella, un hombre muy atlético, que sus ojos destellante en fuego puro eran al verla, Arion la vio y supo que era ella, su lobo se inquietó al percibir su aroma embriagador, sus miradas se encontraron, Sasha parpadeó sintiendo una revolución en su estómago. —Que olor tan fuerte tiene esa Deltas, no lo creo, es la primera vez que le veo y su aroma me embriaga tanto, me atrae. —pensó y haciendo un gesto de negación cerró fuertemente los ojos y los abrió, mirando la fijamente. Arion se negaba a aceptar a una Deltas, como su mate, eso era lo que él creía. Romina al darse cuenta de las penetrantes miradas entre ellos, interfirió, se acercó a Arion colgándose a su cuello. —Arion. ¿Que pasa, quien es esa desaliñada Deltas, mírala se ve tan ordinaria. —Ya Romina, deja de hablar estupideces, no puedes juzgar a las personas por sus vestimentas. —Espetó algo molesto. Con un gesto a sus guardaespaldas dio orden de que la sacaran de su presencia. Arion siguió su camino, pero ese fastidioso aroma le era muy molesto. —¿Sientes ese olor tan fastidioso.? No lo soporto. —renegó molesto y Romina lo miró extrañado. Los guardaespaldas cogieron del brazo a Sasha y la apartaron del camino. —Suéltame imbécil, quítame tus sucias manos de encima. —casi gritó Sasha forcejeando para liberar el fuerte agarre. —No te vuelvas a cruzar en el camino del jefe. —¡Suéltame imbécil! —vociferó. Los guardaespaldas soltaron a Sasha lanzándola al suelo, mientras Arion miraba por el espejo. Salió furioso del coche y caminó hasta ello, los tomó por el cuello y los lanzó haciendo un gruñido tan fuerte, —No vuelvas a maltratar a una mujer en mi presencia. —habló muy enojado..pues su lobo reaccionó al ver que aquella mujer era maltratada por otro hombre. "Pero que carajos me importa lo que pase con esta mujer" —pensó. Se giró y sus centelleantes ojos se profundizaron en los ojos negros de Sasha. " No puedo pensar que esta Deltas sea mi luna" —pensó nuevamente apretando los dientes tan fuerte y negándose a esa posibilidad. —Apartaré de mi camino, apestosa. —dijo tomándola del brazo y arrastrándola a un lado del camino. —¿Que haces imbécil? Suéltame a dónde me llevas. —Cierra la boca, me molesta tu voz chillona. —dijo Arion mirándola del brazos tan fuerte que marcó si piel. —Eres un salvaje, no dejas que otro me maltrate para hacerlo tú... idiota. —habló muy molesta poniéndose de pie pararse frente a él y desafiarlo con la mirada, —Eres un idiota, mira como me dejaste. —dijo intentando dar una bofetada pero sería la detuvo. —Nunca se te ocurra intentarlo nuevamente. —dijo Arion furioso por la osadía de Sasha y la cargó en su hombro, caminó con ella, la subió al coche haciendo salir a Romina del asiento, entró, y condujo por las calles perdiéndose de la mirada furiosa de Romina. —¿Que haces? ¡Dejame ir! ¡Auxilio! —gritaba y luchaba por lanzarse del coche y Arion no se lo permitía. —Recibirás tu castigo por atreverte a tocarme. —dijo apretando su muñeca, y continuó tirando de las riendas, se adentró a una velocidad en los espesos bosques, mientras Sasha intentaba liberarse de él, llegó a una cabaña de su propiedad, donde siempre se refugiaba. —¿Que es este lugar? ¿Dónde estamos? ¡Regrésame a la ciudad abusador! —gritó pataleando mientras era cargada nuevamente por Arion. —Quieta apestosa....te quitarás ese mal olor que me molesta mucho. —respondió Arion caminando con ella asta la orilla del arroyo. —¿Que haces? Suéltame. Noo.. nooo. —gritó cayendo al agua. Arion la vio dar manotazos intentando mantenerse a flote, reía mientras Sasha sentía desfallecer del miedo al sentír morirse ahogada. —¡Auxilio! ¡Ayuda! —pedía mientras Arion la miró fijamente en el momento en que ella dejó de luchar por mantenerse a flote, se lanzó al agua, sumergiéndose para poder sacarla de ahí, nadó con ella hasta la orilla y la cargó nuevamente en los brazos. La dejó sobre el suelo, intentó reanimarla haciendo que ella reaccione. Sasha tosió sintiendo confusión, y empezó a llorar, haciendo que Arion sintiera estrujar su corazón por la culpa pero no lo demostró. —Creí que sabías nadar. —habló en un susurro. —Eres un imbécil, déjame no me toques. —habló o gritó muy enojada poniéndose de pie y saliendo de ahí casi corriendo. Arion logró alcanzarla, la agarró del brazo haciendo que ella caiga sobre unos arbustos nuevamente. —¡Suéltame! Estás loco esto es un secuestro, te voy a denunciar. —Tranquila.....ven déjame ver esa herida. —dijo tomándola nuevamente del brazo y regresando a la cabaña casi a arrastras. Sasha no entendía por qué todo aquella situación, ¿Estaba siendo secuestrada por ese desconocido? Pensó en su abuela y sintió pesar, cerró los ojos y se dejó llevar para después encontrar la manera de escapar. Arion entró con ella a la cabaña y fue a la sala, la dejó sobre el sofá y buscó algo para sanar sus heridas causadas al intentar escapar. —¿Te duele? —Interrogó sin mirarla. —Un poco, pero yo lo hago, no me toques. Aléjate de mí. —pidió sintiendo temor. —No, yo te voy a curar. ¿que perfume usas? Es tan molesto ese olor. —preguntó y no tuvo respuesta sasha no entendía. Arion miró sus ojos y vio en ellos un color naranja intenso, Sasha estaba sintiendo una extraña sensación recorrer su cuerpo, el simple roce de Arion encendía algo en su interior que no entendía y eso la asustaba. —¡No me toques! Por favor, déjame ir. —Habló mientras de un salto se alejó de él. — No te lastimaré, solo... Solo déjame sanar tu herida. —Habló mientras miraba una sombra donde tenía la lesión. Sasha al mirar su brazo se sorprendió. —¿Que sucedió con mi herida? ¿Que le hiciste? —dijo Sasha y trató de salir de la cabaña pero Arion no se lo permitió. —Tu no te puedes ir de aquí. —ordenó. —Y tú no me puedes detener, no soy de tu propiedad, así que me voy y no serás tú quien me lo impida. —respondió muy enojada, Sasha salió de la cabaña dejando a Arion con la palabra en la boca. ¿Como se atreve a desafiar me.? Pensó viendo la mientras Sasha desaparecía en el bosque. Arion sigilosamente la siguió mientras ella sentía su corazón salir por la boca, ya casi oscurecia y sentía que la vigilaban, sentía una presencia. Sasha llegó al pueblo, buscó a sus amigos y no los encontró, fue a la parada de los coches, subió a uno y se fue a Stanford. "¿Que carajos acaba de pasar?" Todo esto fue muy extraño. —Pensó viendo pasar el paisaje oscuro frente a ella, recordar lo que vivió con Arion le daba temor y deseo jamás volverlo a encontrar.Un fuerte aullido se escuchó, Jansó cayó al suelo quedando dormido.Al día siguiente Jansó despertó con tremendo dolor de cabeza, sentado sobre la hierba mojada fue al río cercano y se sumergió en el.Listo y limpio, prendió una fogata y preparó alimentos.—Jansó...si ya no fue para tí, continúa, no queda de otra. —se decía así mismo.—Pero será difícil para mi, ir por mi hija y verla a ella junto a otro hombre. " Pero tú eres el único culpable, debiste confesarle tu amor antes de partir." —su conciencia era implacable. Comió y una hora después se dispuso a continuar con su viaje. Llegó un día antes de lo esperado, era muy fría la madrugada cuando llegó, dejó el coche y entró por la puerta tracera, al momento de escuchar ruido en la cocina. Entró silenciosamente y pudo ver la silueta de una mujer.—¿Quien carajos está aquí en mi casa. —se preguntó mentalmente, y sin poder percibir el olor característico de Leila. Pues ella se había colocado una bata de Jansó y este camuflaba su aro
.Jansó viajó por días y llegó a Pensilvania, se sentía un imbécil, creyendo que ahora sí podía tener lo que siempre deseó, el amor de una mujer. Lj6legó al campamento y fue a su cabaña. Maida lo vio llegar preparó un té y fue a su encuentro.—¿Puedo pasar hijo? —preguntó golpeando la puerta.—Por supuesto que si mi viejita hermosa, no necesitas pedir permiso.—Te ví llegar y te preparé el té de semillas dulces que tanto te gusta.—Muchas gracias Maida, siempre tan atenta eres lo más cercano a una madre, tu eres la madre de todos aquí.—Eres el líder de este clan, es mi obligación.—No Maida, tu eres un miembr0 muy importante en nuestra asamblea, no eres sirvienta de nadie.—Cuéntame...¿Cómo te fue por allá?. Encontraste a tu hija?—Si Maida...la encontré, es una niña hermosa, maravillosa y muy inteligente.—¿Y sabes quién eres? —Siempre lo supo, tiene unas habilidades muy especiales, y su madre...su madre es....una loba híbrido. —dijo Jansó cambiando el rumbo de sus palabras. Maida l
después de que Jansó saliera con Lila, se dispuso a preparar un pastel de manzana, salió al patio y las cosechó, ensimismada en sus pensamientos, analizando e ideando cada escena de como reaccionaria Jansó al escuchar su confesión.—Jansó, quiero darle una oportunidad a este matrimonio por nuestra hija.....no así no, Haber...si por ella nos casamos la oportunidad de tener una familia será por ella. ¿y si el no quiere?......¡ay! no es posible tanto lío. Mejor me acerco y le plantó un beso y le digo que me gusta mucho....no... Pensará que lo estoy besando por Un capricho y que soy una resbalosa . Me estoy volviendo loca...Tiene que ser por qué el quiera.....—se dijo así mismo cuando escuchó el ruido de la puerta abrirse.—Leila....está noche...—dijo Kenai al momento de entrar a la cocina.—Está noche será mi noche. —ella lo interrumpió.—¿Qué cosa estás diciendo Leila? —Que esta noche, voy a confesarle mi amor a Jansó. Y estoy preparando una tarta de manzana para la ocasión.—Entonces
.—Los declaro unidos con matrimonio. —dijo el juez entregando un acta donde unía a Leila y a Jansó en un tormentoso matrimonio para ella, Jansó la miró y vio sus ojos cristalinos, sus lágrimas amenazaban con salir y rodar por sus mejillas, pero no permitiría que la felicidad de su pequeña se viera ensombrecida por su tristeza. Miró a Jansó con tanta indiferencia que a el no le dió importancia, salieron de la oficina civil y fueron al centro de la ciudad.—Ahora tu eres mi papá de verdad podrás llevarme a la escuela. ¿Cierto? —preguntó muy entusiasmada Lila.—Por supuesto que sí mi pequeña hermosa, ese es el deber de un padre y voy a cumplirlo contigo. —respondió Jansó poniéndose a la altura de Lila.Recorrieron las calles y Lila siempre agarrada de la mano de Jansó, Keila estaba en completo silencio cuando una voz le llamó la atención haciendo la girar de un solo. —Leila... regresé..regresé por ti cariño. —dijo aquel hombre bajando del coche y corriendo a su encuentro. Leila quedó en
..Los meses habían pasado Kali descubrió estar embarazada y simplemente decidió tener a su hijo o hija, sola.Años después.Lyall había entregado toda la información de Lila, y estaba en camino para encontrarse con ella.Cabalgó días y noches enteras y semanas después estaba en el pueblo.Llegó a una casana donde se hospedan los viajeros.—Buenas noches señor, ¿En qué puedo ayudarle? —preguntó una mujer de cabellos castaños y ojos verdes. Jansó la miró sintiendo una extraña sensación.—Una habitación para algunas noches. —respondió mirándola fijamente.—Muy bien, me da sus datos por favor.—Sojan. —respondió Jansó y tres minutos después estaba entrando a la habitación quince.Jansó se duchó y volvió a bajar para ir al restaurante del pequeño hotel.La misma mujer se acercó a su mesa y preguntó lo que deseaba servirse.—Deseo algo muy ligero. —ordenó y la mujer, Jansó la miró alejarse cuando vio a la pequeña niña de cabellos muy negros y piel blanca, de ojos grises su corazón latir tan
Todos conocieron a los bebés, pasaron la tarde juntos.Los días pasaban y cada día Sasha estaba en mejores condiciones. Y así los meses pasaban, cinco meses en los que Lyall y Jansó, junto a toda los clanes, trabajaban en la empresa que se estaba expandiendo en cada estado de los países más lejano, la exportación de banano, y derivadas de frutas era una fuente de ingresos para hacer grandes avances en Pensilvania.Los meses seguían pasando, y se convirtieron en años, cinco años habían transcurrido en los que Arion y Sasha viajaban a Pensilvania junto a los bebés.—Muy bien, es hora de marcharnos. —habló Arion sintiendo una presión en el pecho por tener que dejar a sus pequeños, que ya no eran tan pequeños, ahora eran adolescentes de casi dieciséis años.—Padre, estaremos bien, y en vacaciones iremos a visitarlos. —trató de tranquilizarlo Dreagan.Arion y Sasha se despidieron de sus hijos y se encargaron en un viaje de regreso a Pensilvania.El barco zarpó y el recorrido por el ampli
Último capítulo