CAPITULO 54

Un fuerte aullido se escuchó, Jansó cayó al suelo quedando dormido.

Al día siguiente Jansó despertó con tremendo dolor de cabeza, sentado sobre la hierba mojada fue al río cercano y se sumergió en el.

Listo y limpio, prendió una fogata y preparó alimentos.

—Jansó...si ya no fue para tí, continúa, no queda de otra. —se decía así mismo.

—Pero será difícil para mi, ir por mi hija y verla a ella junto a otro hombre. " Pero tú eres el único culpable, debiste confesarle tu amor antes de partir." —su conciencia era implacable.

Comió y una hora después se dispuso a continuar con su viaje.

Llegó un día antes de lo esperado, era muy fría la madrugada cuando llegó, dejó el coche y entró por la puerta tracera, al momento de escuchar ruido en la cocina. Entró silenciosamente y pudo ver la silueta de una mujer.

—¿Quien carajos está aquí en mi casa. —se preguntó mentalmente, y sin poder percibir el olor característico de Leila.

Pues ella se había colocado una bata de Jansó y este camuflaba su aro
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
capítulo anteriorpróximo capítulo
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App