“Hazlo de una vez…”–gruñó Amara irritada
Dubitativa, Anna levantó la mano e intentó llamar a la puerta de la habitación de sus padres, sin embargo, por cuarta vez, negó con la cabeza y volvió de prisa a su habitación.
–No puedo hacerlo Amara, son las dos de la mañana…–susurró Anna
“Necesito correr…”–gruñó la loba irritada
–Lo sé, lo sé, me lo has repetido miles de veces ya –gruñó Anna
“¡Vamos a correr entonces!”
–Amara, papá dijo que no podía andar sola por el territorio todavía y es muy tarde para llamar a Jared o a Owen, ¿no puedes esperar hasta mañana? –
“Podría, pero, tengo demasiada energía acumulada, ¿cómo piensas dormir?”
Mordiéndose su labio inferior, Anna dio media vuelta y volvió a la habitación de sus padres, sin embargo, no se atrevió a llamar.
–Papá tiene mal despertar como yo, ¿y si se enfada? –preguntó Anna en un susurro
–No lo haré –dijo una voz detrás de la puerta, lo que provocó que Anna retrocediera varios pasos hacia atrás y casi cayera al suelo al tropeza