“Es hora de actuar. Nadie me detendrá”
Capítulo XIII
Camila
Amanece, pero siento que la noche no termina dentro de mí. Apenas abro los ojos y ya el recuerdo de Maximiliano, de sus amenazas y de esas víboras que lo rodean, me quema por dentro. El sol entra por la ventana, pero no logra disipar la sombra que dejaron sus palabras.
Me levanto con el cuerpo pesado, como si el cansancio hubiera decidido quedarse a vivir en mí. Camino hacia la habitación de mis niños, y solo al verlos dormir tan tranquilos, con sus rostros serenos y sus manitas sujetando las cobijas, siento que el mundo no puede ser tan cruel. Me acerco despacio, los acaricio con la punta de mis dedos y me obligo a sonreír, aunque por dentro me esté desmoronando.
—No dejaré que nadie los toque —susurro casi sin voz—. Son míos, y nadie me los va a arrebatar.
Me detengo un instante y cierro los ojos. Aún puedo escuchar a Maximiliano gritando mi nombre, ordenándome que me detuviera mientras me marchaba. Su rabia retumba en mi mente como un eco que no se apaga. Y junt