Capítulo CIV
Clarissa
Estoy con Lucero y Clara armando el pino de Navidad. Entre pláticas, risas y burlas, el tiempo se nos va sin darnos cuenta. De fondo se escucha la televisión; tienen puesta la novela.
Estas dos me tienen completamente enviciada con Amor Amargo.
Últimamente me he estado sintiendo rara, con mucho sueño y antojos.
Mi perrita se pasa el día a mi lado más de lo normal, se acomoda sobre mi estómago cuando me recuesto, duerme conmigo y se pone triste si no me ve en casa.
Bajo la mirada y la encuentro en su cama, mirándome fijamente.
Sonrío.
Terminamos de poner el arbolito, nos quedó muy bonito, agarro el celular y tono una foto.
—Mila, ven —la llamo.
Ella se levanta de inmediato.
—Ponte aquí —le señalo junto al pinito.
Obedece enseguida.
Le hablo para que mire el teléfono y le tomo varias fotos. En una de ellas se pone de patitas, como si posara.
Sonrío. Me encanta.
La tomo y beso su cabeza.
—Eres una hermosa, mi niña —le digo antes de darle un último beso en la cabeza