Capítulo CV
Clarissa
Máximo me hace señas, de mala gana, para que me siente en el sillón. Él se sienta frente a mí.
—Máximo, necesito hablarte de algo delicado —digo, respirando hondo—. Se trata de papá… y está involucrada Greta.
Él me mira con el ceño fruncido.
Yo bajo la mirada hacia mis manos, que no dejan de moverse nerviosas.
Mi cuerpo tiembla, y siento cómo los latidos de mi corazón se aceleran.
Máximo me da tiempo para que siga. Se nota inquieto, incómodo, pero atento a lo que tengo que decirle.
Tomo una gran bocanada de aire y empiezo:
—¿Te acuerdas del día que papá murió? —pregunto, aunque sé que sí—. Greta les mintió. Papá no murió en un accidente.
Trago saliva.
—Ese día salí temprano de la escuela. Llegué a la casa y, desde que entré, algo se sentía distinto… vacío. Como si la casa estuviera sola. O eso creí.
Hago una pausa. Mis manos tiemblan.
—Cuando iba a subir las escaleras, escuché ruido en el despacho de papá.
Levanto la vista apenas. Máximo no se mueve.
—Me acerqué…