Emiliano Donovan es el rey de los vinos en España, su fábrica de vinos es la mejor del mercado gracias a su receta secreta. Dicha receta secreta solo puede ser entregada a otro miembro de su familia y en secreto antes de morir se lo confía a su hija Amara Donovan. Una chica que vive de manera humilde junto a su familia, pero aun así, conserva una linda relación con su padre. Sin embargo, nadie sabía de la existencia de su hija hasta que este decide viaja a verla antes de morir.
Leer másPrólogo
Luciano Gill se encontraba en una esquina de la sala de conferencias, observando con admiración como el hombre que se había comportado como padre ahora él hablaba seriamente. Emiliano Donovan dirigía una reunión crucial para la fábrica de vinos que había construido con tanto esfuerzo y dedicación, ya que los negocios no podían detenerse a pesar de su enfermedad. El hombre mayor irradiaba una energía que desafiaba su frágil estado de salud y su voz resonaba con autoridad por todo el lugar, haciendo que los empleados lo miraban con respeto, conscientes de que estaban ante un verdadero maestro en el arte de la viticultura.
Sin embargo, tras la reunión la preocupación de Luciano se hizo evidente para algunos de los presentes. Se acercó a su padre cuando creyó que fue suficiente y con su rostro reflejando una mezcla de frustración y cariño decidí hablarle.
– Creo que ya es suficiente. Deberías volver a casa viejo terco porque necesitas descansar – le dijo tratando de mantener la calma cuando todos los empleados ya se habían ido.
Emiliano al escuchar eso con una sonrisa desafiante desestimó la sugerencia, debido a que él no se sentía débil en apariencia.
– Será mejor que no digas tonterías muchacho ¿Descansar? Sabes mejor que nadie que mi lugar está aquí, trabajando por esta empresa y no en casa con la latosa de tu madre – respondió con cierta diversión en su luz.
Luciano sabía que la relación entre Emiliano y Lucrecia era tensa desde hace años, pero no podía evitar sentir que esas palabras eran un reflejo de la lucha interna de Emiliano por no volverse loco al lado de ella. A pesar de su carácter fuerte, ese que siempre lo había caracterizado,
la enfermedad lo había debilitado mucho y Luciano temía que su obstinación lo llevara a un desenlace trágico. Además, Luciano sabía que su madre no era una mujer fácil, ya que hasta a él los acaba de sus casillas.
Antes de que pudieran retirarse a sus respectivas oficinas un grito de dolor interrumpió la conversación de inmediato. Emiliano se llevó la mano al pecho como si quisiera arrancarse el corazón y su rostro palideció de inmediato tras una queja de angustia que escapó de sus labios.
Luciano medio paralizado por el miedo sintió que el tiempo se detenía ante sus ojos. Sin embargo, sin pensarlo dos veces, sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y marcó el número de emergencia. Su corazón latiendo con fuerza dentro de su pecho mientras esperaba a que la ambulancia llegara, no lo dejaba respirar y por más que lo intentó no logró estabilizar a Emiliano.
Los minutos se alargaron como horas mientras que este esperaba la ayuda, cada segundo cargado de ansiedad lo hacían sentirse inútil. Luciano se arrodilló junto a su padre, intentando mantener la calma mientras le hablaba.
– Aguanta Emiliano, aguanta que falta poco para que venga la ambulancia – le decía, aunque su voz temblaba un poco por el miedo.
Emiliano con los ojos entrecerrados parecía luchar contra el dolor de su pecho, pero su mirada se mantenía fija en el hombre que había criado como su propio hijo. Era como si quisiera transmitirle un mensaje que solo ellos dos entendían con solo una mirada.
Finalmente el sonido de las sirenas rompió el silencio tenso de la sala, anunciando que había llegado la ambulancia. Luciano sintió un alivio momentáneo ante ese hecho, pero sabía que la batalla apenas comenzaba. La vida de Emiliano dependía de un hilo y con ella, también el futuro de la fábrica de vinos que había sido su legado. En ese instante Luciano comprendió que la ambición y el poder no significaban nada si no se tenía a la familia a su lado.
La lucha por el legado de los Donovan estaba a punto de comenzar y él estaba decidido a protegerlo sin importar el costo. Tenía la sensación de que al final, Emiliano haría lo correcto y le dejaría la receta.
Capítulo 34Luciano se encontraba en la sala de la casa, revisando los detalles finales del viaje. Había tenido que comprar pasajes no solo para él y Amara, sino también para toda su familia. La responsabilidad pesaba sobre sus hombros, pero sabía que era lo correcto al menos por el momento. Mientras tanto, Amara estaba en su habitación, preparando su pequeña maleta, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Solo había escogido unos pocos vestidos y lo necesario para algunos días.Cuando todo estuvo listo, el grupo se dirigió al aeropuerto en las camionetas que los esperaban. Luciano notó que Amara se mostraba cada vez más inquieta a medida que se acercaban a la puerta de embarque del avión, pero no dijo nada. Al momento de abordar el avión, Luciano se dio cuenta de que su rostro reflejaba un miedo palpable. Ahora sí podía decir que Amara estaba aterrada como una niña pequeña.- ¿Amara, estás bien? - le preguntó, tratando de sonar tranquilo para no ponerla más nerviosa.- No est
Capítulo 33Luciano se despertó temprano esa mañana, sintiendo la presión del día que se avecinaba. Había pasado la noche anterior organizando todas sus cosas, preparándose para el viaje a Madrid que haría con Amara.Mientras este recogía sus últimas pertenencias, un golpe suave en la puerta de su habitación lo sacó de sus pensamientos. Al abrir, se encontró con Amara, quien, sin darle tiempo a reaccionar o siquiera decir buenos días, le comunicó su decisión.La sorpresa de Luciano fue evidente cuándo, además de eso, también le dijo que quería viajar con su familia. No se lo esperaba, pero al mirar en sus ojos por unos instantes, vio que ella no estaba haciendo una pregunta; era una afirmación. Amara estaba decidida, y por un momento, Luciano consideró que eso no podría ser una buena idea. Tal vez, si su familia la acompañaba todo se pondría peor, pero era eso o que Amara no viajara con él.A pesar de su frustración por no haber podido obtener la receta de la manera que él pensaba, Lu
Capítulo 32Amara se sentía abrumada mientras caminaba hacia la habitación de Luciano. La noche anterior había sido un torbellino de emociones, y el peso de la decisión que había tomado la seguía persiguiendo. A pesar de su corazón roto, sabía que debía cumplir con la última voluntad de su padre y viajar a Madrid. Sin embargo, había una condición que no estaba dispuesta a ignorar, ni a dejar que no se la cumplieran.Al llegar a la puerta de la habitación que ocupaba Luciano, golpeó suavemente, sintiendo que su cuerpo aún estaba débil por la fiebre que había tenido. Sin embargo, cuando él abrió la puerta no pudo evitar notar la expresión de sorpresa en su rostro al verla ahí tan temprano en la mañana.— Está bien, voy a viajar contigo — dijo Amara con su voz firme a pesar de su estado — Sin embargo, hay una condición que tengo y es que toda mi familia debe acompañarme en el viaje.Luciano frunció el ceño al escuchar eso, sintiendo que la confusión lo invadía. No esperaba eso por parte
Capítulo 31El silencio en el jardín se había vuelto más llevadero para ambos, pero Luciano sabía que no podían permanecer en esa burbuja de tristeza para siempre. Amara había comenzado a calmarse, pero la realidad de la situación seguía pesando sobre ellos por más que quisiera meditar. Sin embargo, ahora que la situación estaba más calmada era el momento de hablar y de enfrentar lo inevitable.— Amara — comenzó a decir Luciano, sintiendo que su voz temblaba ligeramente — Sé que en este momento estás sufriendo y yo también lo estoy, pero hay algo verdaderamente importante que debemos discutir. Es muy importante que sea ahora.— ¿De qué se trata? —preguntó con voz suave y levantó la vista para poder prestarle más atención. Sus ojos aún llenos de lágrimas, pero con una chispa de curiosidad veían a Luciano, en espera de lo que este tenía que decirle.— Antes de morir tu padre dejó escrito su testamento —dijo él sintiendo que el peso de las palabras lo aplastaba— Ayer en la noche el aboga
Capítulo 30Amara se encontraba en su habitación, sumida en un mar de lágrimas por la perdida que acababa de sufrir. La noticia de la muerte de su padre la había golpeado con una fuerza devastadora y su mente se negaba a aceptar la realidad que le habían dicho. Cada palabra que Luciano le había dicho resonaba en su cabeza como un torbellino, pero no podía dar crédito a lo que había escuchado. La idea de que nunca volvería a ver a su padre la llenaba de un dolor insoportable y se acordaba claramente de cuando también había perdido trágicamente a su madre.Mientras recordaba su última conversación con su padre, una punzada de culpa le atravesó el alma. Había sentido que algo no estaba bien cuando esté vino a verla, pero había ignorado esa intuición en más de una oportunidad. Ahora, con lo sucedido, se daba cuenta de que había perdido la oportunidad de despedirse, de decirle cuánto lo amaba y cuánto significaba para ella. La tristeza la envolvía como una manta pesada y el llanto se conv
Capítulo 29Después de muchas horas de vuelo, Luciano se dirigió en un auto hacia la casa de Amara, pero el peso de la culpa y la tristeza lo acompañaban en cada kilómetro que avanzaba. El viaje había sido muy largo y agotador, y su mente estaba llena de pensamientos oscuros sobre lo que iba a enfrentar. Sabía que debía ser el portador de una noticia devastadora, y la idea de hacerlo lo llenaba de una ansiedad constante.Al llegar, vio a Esteban, el tío de Amara, parado justo en la entrada de la puerta mirando hacia la nada. Sin embargo, este al verlo llegar se acercó rápidamente, sintiendo que su corazón latía con fuerza dentro de su pecho.— Hola, Esteban — saludó Luciano tratando de mantener la compostura.— Luciano, muchacho —respondió Esteban, con una expresión seria — ¿Cómo estás? ¿Por qué estás de vuelta tan pronto?— Bueno, es que vine a ver a Amara. Debo hablar con ella— dijo Luciano sin rodeo alguno en sus palabras.Esteban lo miró con una mezcla de preocupación y seriedad.
Último capítulo