Capítulo 7
La noche había caído rápidamente y Amara se encontraba sentada en el balcón de su habitación contemplando el vasto cielo estrellado. Mientras cepillada su larga cabellera rubia la conversación que había tenido con su prima Dara aún resonaba en su mente, llenándola de esperanzas y sueños completamente renovados.
Le había prometido a ella no dejarse pisotear por nadie y después de esa promesa, se sentía más fuerte que nunca. Mientras miraba las estrellas una sensación de anhelo la invadía, un deseo de amor y aceptación que parecía tan lejano la hacía sentirse inquieta. Sin embargo, de repente un auto inesperado se acercó a su casa, rompiendo la tranquilidad de la noche. Haciendo que Amara frunciera el ceño, intrigada por la visita.
Nunca nadie visitaba su hogar a esas horas a excepción de Cedric, el amigo de su tío Julián, pero él no me mira en un auto como ese. Así que sin pensarlo dos veces se levantó de inmediato y corrió escaleras abajo, sintiendo que su corazón latía