Capítulo 14.2
—Fue un placer tenerlos aquí, pero creo que deberían irse. Aurora debe descansar y ya está un poco tarde.

Los tres miramos el reloj en la pared: no eran ni las ocho de la noche.

—Pero Mattia, tu señora nos acaba de invitar a comer. Pensé que a eso vinimos, a decirles que fueran con nosotros —dijo Renzo.

Mi tío lo miró mal.

—Sí, venía a decirle a Dante. Ella está muy cansada y debe dormir. No creo que quieras ir, ¿verdad?

—Yo quiero ir. Sabina cocina muy rico —dije sonriendo.

Mi tío y Dante me miraron mal.

—¿O no me invitó a mí? —pregunté haciendo pucheros.

—Sí la invitó, Mattia —dijo Renzo con sonrisa burlona—. Dijo específicamente: “dile a Aurorita que voy a hacer su comida favorita.”

—Se llama Aurora —dijo Dante, molesto, mientras se levantaba.

Al final, después de discutir con mi tío de forma amable, fuimos a comer.

Sabina sí había hecho mi comida favorita. También estaba preocupada, aunque en toda mi vida en Colombia solo la vi tres veces.

Su español es un poco regular: entiende m
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