—Fue un placer tenerlos aquí, pero creo que deberían irse, Aurora debe descansar y ya está un poco tarde.
Los tres miramos el reloj en la pared, no son ni las ocho de la noche.
—Pero Mattia, tu señora, nos acaba de invitar a comer, pensé que a eso vinimos a decirle que fueran con nosotros —dijo Renzo. Mi tío lo miró mal.
— Sí, venía a decirle a Dante, ella está muy cansada y debe dormir, no creo que quieras ir, ¿verdad?
—Yo quiero ir, Sabina, cocina muy rico — dije sonriendo— mi tío y Dante me miraron mal, —¿o no me invitó a mí?— mientras hacía pucheros.
—Sí, la invito Mattia, dijo específicamente: dile a Aurorita que voy a ser su comida favorita — Renzo dijo sonrisa burlona.
—Se llama Aurora —dijo Dante molesto mientras se levantaba.
Al final, después de discutir con mi tío de forma amable, fuimos a comer.
Sabina, si había hecho mi comida favorita, también estaba preocupada, aunque en toda mi vida en Colombia solo fue unas tres veces, su español es un poco regular, entiende más