Capítulo 8. La Visita al hospital.
Subí los escalones del porche y me dirigía hacia el ala de las habitaciones, sintiendo todavía la extraña calidez del breve encuentro con Lucas en el jardín. Mi mente estaba en la promesa de ver a mi madre, pero la tensión se rompió violentamente.
—¡Por Dios!, ¿dónde te habías metido, Ruby? ¡Te he estado buscando por toda la casa! Hasta pensé que te habías ido —gritó Nora, apareciendo en el pasillo, con el rostro duro como una piedra.
Hice una mueca de fastidio que disimulé con un gesto rápido.
—Lo siento mucho, señora. Estaba desayunando.
—Y también paseando por los jardines con mi marido, por lo que vi por desde mi ventana hace rato —replicó Nora, su voz era un látigo—. No soy estúpida.
—Yo estaba sola. Él llegó por casualidad.
—Olvídalo —su voz se suavizó ligeramente, adoptando un tono falsamente cordial—. Ahora date prisa. Quiero que estés lista para ir a ver a tu madre a la clínica. Para que veas que yo sí cumplo mis tratos. —En la última frase, el desprecio regresó con toda su f